A principios de este año el kilogramo estándar mundial llamó la atención internacional, cuando los científicos descubrieron que había ganado un poco de peso.
Una de las esferas perfectas creadas en
Australia, que compiten
por definir la nueva norma de un kilogramo. Los investigadores
dicen que las esferas son ideales, ya que no tienen bordes
que podrían resultar dañados, y basta medir el diámetro para
calcular su volumen. Crédito: CSIRO
por definir la nueva norma de un kilogramo. Los investigadores
dicen que las esferas son ideales, ya que no tienen bordes
que podrían resultar dañados, y basta medir el diámetro para
calcular su volumen. Crédito: CSIRO
El kilogramo estándar está hecho de platino e iridio, y se ha conservado a buen recaudo en una caja fuerte en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas de París, desde finales del siglo XIX. Sin embargo, con los años se han ido acumulando pequeñas partículas de contaminación, en el orden de decenas de microgramos.
Si bien algunos podrían considerar este aumento de peso como algo positivo (significa que el resto de nosotros estamos perdiendo peso, ¿no?), pone de manifiesto la necesidad de retirar el prototipo de un siglo de antigüedad.
Por ello, la comunidad científica internacional está trabajando para lograr una definición más precisa del kilo, que armonice con otras unidades básicas, como el metro y el segundo.
Un enfoque, tomado por un equipo de científicos australianos, busca definir el kilogramo por el número de átomos en un conjunto de esferas perfectas de silicio. Las esferas, desarrolladas por CSIRO y el Instituto Nacional de Medidas, son ideales para el trabajo – ya que no tienen bordes que podrían resultar dañados, y basta medir el diámetro para calcular su volumen.
Con las esferas en la competencia por definir la nueva norma, se espera que pronto se podría definir el kilogramo en función de sus átomos, y no en nuestro amigo parisino, ya algo anticuado.(Ciencia al día)
Fuente: CSIRO
No hay comentarios:
Publicar un comentario