martes, 26 de julio de 2016

Se completa el sondeo ATLASGAL de la Vía Láctea

Una espectacular nueva imagen de la Vía Láctea ha sido dada a conocer para conmemorar la finalización del sondeo ATLASGAL (siglas de APEX Telescope Large Area Survey of the Galaxy, sondeo de gran área de la galaxia por el telescopio APEX). Por primera vez, el telescopio APEX, instalado en Chile, ha mapeado el área completa del plano galáctico visible desde el hemisferio sur en longitudes de onda submilimétricas (entre la luz infrarroja y las ondas de radio) con más detalle que los últimos sondeos realizados desde el espacio. El pionero telescopio APEX, de 12 metros, permite a los astrónomos estudiar el universo frío: gas, polvo y otros objetos celestes que están a sólo unas pocas decenas de grados por encima del cero absoluto.

Esta comparación muestra las regiones centrales de la Vía Láctea observadas en diferentes longitudes de onda. El panel superior muestra fuentes compactas de radiación submilimétrica captadas por APEX como parte del sondeo ATLASGAL, combinadas con datos complementarios obtenidos por el satélite Planck de la ESA, con el fin de captar fenómenos más extensos. El segundo panel muestra la misma región vista en longitudes de onda infrarroja, más cortas, captadas por el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA. El tercer panel muestra las mismas zonas del cielo, de nuevo, a longitudes de onda aún más cortas, del infrarrojo cercano, vistas por el Telescopio de Sondeo Infrarrojo VISTA, de ESO, instalado en el Observatorio Paranal (Chile). Las regiones que aparecen como rizos de polvo oscuro se ven brillantes en las imágenes captadas por ATLASGAL.  Por último, la imagen final, muestra la imagen más conocida, en el rango visible de la luz, en la que la mayor parte de las estructuras más distantes están ocultas a la vista. El significado de los colores varía de imagen en imagen y no pueden compararse de forma directa. Crédito: ESO/ATLASGAL consortium/NASA/GLIMPSE consortium/VVV Survey/ESA/Planck/D. Minniti/S. Guisard; Acknowledgement: Ignacio Toledo, Martin Kornmesser
Esta comparación muestra las regiones centrales de la Vía Láctea observadas en diferentes longitudes de onda. El panel superior muestra fuentes compactas de radiación submilimétrica captadas por APEX como parte del sondeo ATLASGAL, combinadas con datos complementarios obtenidos por el satélite Planck de la ESA, con el fin de captar fenómenos más extensos. El segundo panel muestra la misma región vista en longitudes de onda infrarroja, más cortas, captadas por el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA. El tercer panel muestra las mismas zonas del cielo, de nuevo, a longitudes de onda aún más cortas, del infrarrojo cercano, vistas por el Telescopio de Sondeo Infrarrojo VISTA, de ESO, instalado en el Observatorio Paranal (Chile). Las regiones que aparecen como rizos de polvo oscuro se ven brillantes en las imágenes captadas por ATLASGAL. Por último, la imagen final, muestra la imagen más conocida, en el rango visible de la luz, en la que la mayor parte de las estructuras más distantes están ocultas a la vista. El significado de los colores varía de imagen en imagen y no pueden compararse de forma directa. Crédito: ESO/ATLASGAL consortium/NASA/GLIMPSE consortium/VVV Survey/ESA/Planck/D. Minniti/S. Guisard; Acknowledgement: Ignacio Toledo, Martin Kornmesser

El telescopio APEX, (siglas en inglés de Atacama Pathfinder Experiment, experimento pionero de Atacama), se encuentra a 5.100 metros sobre el nivel del mar en el llano de Chajnantor, en la región de Atacama (Chile). El sondeo ATLASGAL aprovechó las características únicas del telescopio para obtener una visión detallada de la distribución del gas denso y frío que hay a lo largo del plano de la Vía Láctea [1]. La nueva imagen incluye la mayor parte de las regiones de formación estelar de la Vía Láctea meridional [2].
Los nuevos mapas de ATLASGAL cubren un área del cielo de 140 grados de largo y 3 grados de ancho, más de cuatro veces más grande que la primera versión de ATLASGAL [3]. Los nuevos mapas también son de mayor calidad, ya que algunas áreas fueron re-observadas para obtener una calidad más uniforme de los datos sobre el área total de estudio.
El sondeo ATLASGAL es el gran programa individual más exitoso de APEX, con casi 70 artículos científicos asociados ya publicados, y su legado se ampliará mucho más con todos los productos de datos reducidos disponibles desde ahora para toda la comunidad astronómica [4].
En el corazón de APEX se encuentran sus sensibles instrumentos. Uno de ellos, LABOCA (de LArge Bolometer CAmera, gran cámara bolómetro) fue utilizado para el sondeo ATLASGAL. LABOCA mide la radiación entrante registrando los pequeños aumentos de temperatura que provoca en sus detectores, y puede captar emisiones de las bandas de polvo oscuro y frío que oscurecen la luz estelar.
La nueva versión de ATLASGAL, complementa observaciones del satélite Planck de la ESA [5]. La combinación de los datos de Planck y APEX permitieron a los astrónomos detectar emisiones repartidas en un área mayor del cielo y, a partir de ahí, estimar la fracción de gas denso que hay en el interior de la galaxia. Los datos de ATLASGAL también fueron utilizados para crear un censo completo de nubes frías y masivas en las que se están formando las nuevas generaciones de estrellas.
“ATLASGAL nos permite obtener información reveladora sobre dónde se forma la siguiente generación de cúmulos y de estrellas masivas. Combinando estas observaciones con las de Planck, ahora podemos encontrar una relación con las estructuras a gran escala de nubes moleculares gigantes”, comenta Timea Csengeri, del Instituto Max Planck de Radio astronomía (MPIfR), en Bonn (Alemania), quien dirigió el trabajo de combinar los datos de APEX y Planck.
El telescopio APEX celebró recientemente diez años de exitosa investigación del universo frío. Juega un importante papel, no sólo como experimento pionero, sino también como instalación complementaria de ALMA, el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, que también se encuentra en el llano de Chajnantor. APEX se basa en un prototipo de antena construida para el proyecto ALMA, y ha localizado muchos objetos que ALMA puede estudiar en gran detalle.
Leonardo Testi (ESO), miembro del equipo ATLASGAL y científico del proyecto europeo para el proyecto ALMA, concluye: “Gracias a ATLASGAL tenemos una nueva y transformadora forma de ver el denso medio interestelar de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. La nueva versión del sondeo completo abre la posibilidad de explotar este maravilloso conjunto de datos para llevar a cabo nuevos descubrimientos. Muchos equipos de científicos ya están utilizando los datos ATLASGAL para planificar con detalle sus posteriores observaciones con ALMA”. (Ciencia al Día)
Notas
[1] El mapa fue construido a partir de observaciones individuales de APEX de radiación con una longitud de onda de 870 μm (0,87 mm).
[2] La parte norte de la Vía Láctea ya había sido asignada por el Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT) y otros telescopios, pero el cielo meridional es particularmente importante porque incluye el centro galáctico y porque es accesible para llevar a cabo observaciones posteriores más detalladas con ALMA.
[3] La primera versión de datos cubría un área de aproximadamente 95 grados cuadrados, una franja muy larga y estrecha a lo largo del plano galáctico de dos grados de ancho y más de 40 grados de largo. Los mapas finales actuales cubren 420 grados cuadrados, más de cuatro veces mayores.
[4] Los productos resultantes de los datos están disponibles en el archivo de ESO.
[5] Los datos de Planck abarcan el cielo completo, pero con poca resolución espacial. ATLASGAL cubre sólo el plano galáctico, pero con alta resolución angular. La combinación de ambos proporciona un excelente rango dinámico espacial.
Fuente: ESO

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