Por: Raciel Pérez Martínez
El futuro político de Venezuela lo decidirán más de 17 millones de electores convocados para el próximo domingo día 26.
Se pondrán en disputa entre el gobierno socialista del presidente Hugo Chávez y la oposición 165 nuevos diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), que desde 2005 está dominada por los defensores de la Revolución Bolivariana.
Los partidos que desean volver a Venezuela a su pasado hegemónico burgués, realizaron una intensa campaña a veces casa por casa, instando al electorado, y de manera especial a los indecisos, a votar masivamente a favor de sus candidatos.
Pero los chavistas estuvieron mucho más activos, desbordaron calles, realizaron mítines proselitistas en todos los lugares del territorio venezolano, explicando al pueblo que perdería todas las bondades sociales que ofrece el actual gobierno.
Para el actual gobierno, una victoria contundente con, por lo menos dos tercios de los parlamentarios, es vital para seguir impulsando la transición hacia el socialismo del Siglo XXI.
Algunas agencias encuestadoras precisan que el Partido Socialista Unificado de Venezuela se llevaría alrededor del 52 por ciento de los votos, según sondeos de última hora; algo muy saludable para el gobierno del presidente Hugo Chávez.
Sin embargo, en la llamada Mesa de la Unidad Democrática , un grupo de partidos opositores esperan dominar con sus diputados la Asamblea Nacional el próximo domingo, para poner freno a los proyectos políticos del presidente.
Otros 52 parlamentarios son distribuidos entre los partidos políticos, a través de las listas, y 3 corresponden a la representación indígena.
En cada uno de los 24 estados en que está dividido el país se elige una combinación de diputados nominales, lista e indígenas, en correspondencia con su población. Además, los venezolanos podrán elegir la representación de nacional al Parlamento Latinoamericano.
Tanto el gobierno del presidente Hugo Chávez como los partidos de oposición ven en el 110 el número mágico, que le daría la supremacía absoluta en el Parlamento, y así hacer avanzar sin contratiempos sus proyectos, sus leyes y otras decisiones vitales.
En las manos, y sobre todo en el cerebro de cada uno de los 17 millones de electores venezolano está el futuro de su patria. El pueblo es sabio y con claridad meridiana votará el próximo domingo por quienes defienden sus verdaderos intereses.
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