Por: Raciel Pérez Martínez
La reacción latinoamericana y de todo el continente americano está desesperada por el impetuoso avance de los gobiernos progresistas en la región, y una prueba más de su accionar es la intentona de golpe de estado en Ecuador, que pretende revertir la Revolución Ciudadana encabezada por el presidente Rafael Correa.
Variantes de todo tipo buscan los oligarcas para destruir los gobiernos populares, porque ven amenazadas sus históricas fuentes de enriquecimiento, su modus operandi para saquear al pueblo.
En esta ocasión, una bien orquestada campaña publicitaria de la prensa derechista, sobre una ley que presuntamente elimina privilegios al sector policial, fue el motivo que ha desencadenado en una intentona golpista, pero la causa, la esencia es otra.
Es la de eliminar por cualquier vía al actual gobierno ecuatoriano, que paulatinamente va construyendo el socialismo del Siglo 21, como en Venezuela y Bolivia.
Este popular proceso ecuatoriano se apoya en cinco ejes fundamentales: la Revolución Constitucional , Lucha contra la corrupción, Revolución Económica, Revolución en la Salud y la Educación ; y rescate de la dignidad, soberanía y búsqueda de la integración latinoamericana.
Para implementar su proyecto, el movimiento Alianza País cuenta con la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional , lograda por votación popular en las elecciones del 30 de septiembre del 2007.
El Presidente Rafael Correa Delgado y el Gobierno de la República del Ecuador han impulsado, desde su proyecto político transformaciones profundas en aras de construir un Estado incluyente y justo.
De hecho, la Nueva Constitución fue elaborada por una Asamblea Constituyente democrática y participativa, con los aportes de las más diversas organizaciones de la sociedad ecuatoriana, relegadas tradicionalmente por los gobiernos anteriores.
El Presidente Correa y su Gobierno irritan a la oligarquía y sus seguidores, por materializar las demandas históricas de los sectores populares, del movimiento indígena y de la sociedad civil.
Prioriza la inversión social como expresión del cambio de un Estado mercantilista, a un Estado defensor de los derechos humanos y de la naturaleza.
En solo tres años, el proceso revolucionario del Presidente Rafael Correa ha logrado incontables éxitos a favor del pueblo, como nunca antes en su historia.
Por eso las masas populares ecuatorianas no se dejarán arrebatar su Revolución Ciudadana, y defenderán a su presidente, Rafael Correa, hasta con su sangre si fuera necesario.
ESTE HA SIDO UN COMENTARIO DE RACIEL PÉREZ MARTÍNEZ
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