sábado, 19 de marzo de 2016

Devolver territorio de Guantánamo a Cuba, ¿en manos de Obama?

       
       Por Martha Andrés   


Imagen de muestra La devolución del territorio ilegalmente ocupado por la base naval norteamericana de Guantánamo, en el este de Cuba, se mantiene como una demanda de la isla a la que el Gobierno estadounidense sigue sin dar respuesta.


La nación caribeña reiteró en varias ocasiones que ese es uno de los pasos imprescindibles para avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales entre los dos países, que en julio de 2015 restablecieron sus vínculos diplomáticos tras más de cinco décadas de ruptura.

Respecto a otras demandas del Estado caribeño, como el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la isla, el propio presidente norteamericano, Barack Obama, se muestra a favor de eliminar esa política y ha llamado al Congreso a ponerle fin.

Incluso, el mandatario utilizó sus facultades ejecutivas para modificar algunas de las sanciones comprendidas en el bloqueo, como las anunciadas esta semana para ampliar las posibilidades de viajes a la isla y permitir que Cuba pueda utilizar el dólar estadounidense en transacciones internacionales.

Sin embargo, la devolución del espacio de la base no aparece en el discurso de la Casa Blanca cuando se refiere a la nueva etapa de relaciones con la nación caribeña, pues según el vocero de la Presidencia, Josh Earnest, no consideran que ese enclave militar deba ser cerrado.

No hay ningún plan, ninguna conversación de la que yo sea consciente, manifestó el secretario de Estado, John Kerry, sobre el territorio que continúa ocupado contra la voluntad del pueblo y el Gobierno cubanos.

En medio de esas posturas, varios analistas y medios internacionales centran el debate en la potestad que tendría Obama como Presidente para devolver Guantánamo a Cuba sin contar con el Congreso, pues la mayoría republicana en ambas cámaras hace difícil aprobar ese paso en el Legislativo.

OBAMA TENDRÍA ALTERNATIVAS PARA DEVOLVER EL TERRITORIO

La ocupación del área utilizada para el enclave -117,6 kilómetros cuadrados-se hizo efectiva desde 1903 y se ratificó por medio del Tratado de Relaciones de 1934, que, según diversos estudiosos, contenía trampas como la de no fijar límite para el arrendamiento y dar solo a Estados Unidos la posibilidad de terminar lo pactado.

Después del triunfo de la Revolución cubana, el 1 de enero de 1959, el Gobierno de la isla reiteradamente ha denunciado la ilegalidad de que ese enclave se mantenga en la nación caribeña como una violación a su soberanía, y desde 1960 se niega a cobrar el cheque que Washington paga por concepto de arrendamiento -un monto de solo cuatro mil 85 dólares al año.

Según el abogado Tom Wilner, quien ha representado a prisioneros ilegalmente detenidos en la base naval, Obama puede tener la autoridad presidencial para devolver el territorio a Cuba, pero el Congreso pediría que no se realice tal acción sin la anuencia del Senado.

En la práctica, incluso si el Presidente tiene autoridad unilateral, es muy poco probable que cualquier mandatario, demócrata o republicano, termine un tratado como este sin al menos tener la aprobación tácita del Congreso, consideró en una entrevista publicada por el diario cubano Granma en mayo de 2015.

Para el especialista en temas militares y asuntos internacionales Joseph V. Micallef, Obama puede emitir una orden ejecutiva que retire a Estados Unidos del Tratado de Relaciones establecido con Cuba en 1934, el cual no es reconocido por el Gobierno de la isla antillana.

De ese modo, se rescindiría el derecho de la nación norteña a operar en la base naval y, además, por extensión, forzaría el cierre de la cárcel ubicada en ese espacio desde enero de 2002, explicó en un artículo publicado recientemente por el periódico Huffington Post.

Aunque el autor reconoció que el dignatario no ha hecho ninguna referencia a esa posibilidad, sostuvo que la Constitución de los Estados Unidos le da específicamente al Presidente la autoridad para negociar tratados, cuya ratificación deberá avalarse por dos tercios del Senado.

La carta magna, sin embargo, no hace referencia quién puede poner fin a un convenio de ese tipo ni establece si el ocupante de la Casa Blanca necesita el consentimiento del Senado para hacerlo.

A decir de Michael Ramsey, profesor de Derecho en la Universidad de San Diego, cuando un mandatario decide que un tratado no deben seguir aplicándose, está actuando de conformidad con las facultades que le otorga la Constitución.

De igual modo, Micallef recordó que otros jefes de Estado han finalizado tratados sin consentimiento de la Cámara alta, como cuando Jimmy Carter (1977-1981) concluyó el de defensa con Taiwán en 1979 o George W. Bush (2001-2009) hizo lo mismo con el Tratadode Misiles Antibalísticos en 2002.

Otra alternativa que mencionó el autor para devolver el territorio a Cuba sería que Obama retenga el pago de la cuota que Estados Unidos desembolsa por arrendamiento antes de que concluya el actual plazo el 9 de junio de 2016.

PASO IMPROBABLE EN AÑO ELECTORAL

Pero tanto este como otros analistas estiman muy poco probable que se proceda con tales acciones durante un año de elecciones presidenciales, porque tendrían consecuencias negativas para cualquier demócrata aspirante a la Casa Blanca.

De cualquier modo, diferentes expertos coinciden en que devolver el espacio ocupado por el enclave militar sería la vía para que el mandatario pueda cumplir una de sus promesas pendientes: el cierre de la cárcel abierta tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 para retener a sospechosos de terrorismo.

Tras la entrada en funcionamiento de ese centro de detención se sucedieron las denuncias de organizaciones internacionales sobre las torturas sistemáticas, los interrogatorios, los abusos y otras violaciones a los derechos humanos de los casi 800 reos que llegó a recibir la prisión, la mayoría de ellos sin cargos en su contra.

El compromiso del jefe de Estado de poner fin a esa penitenciaría ha chocado con la fuerte oposición de los republicanos e, incluso, algunos de su propio Partido Demócrata, quienes defienden la instalación como el sitio adecuado para retener a los sospechosos de terrorismo y rechazan su transferencia a cárceles dentro de Estados Unidos.

Mientras prosiguen las maniobras en ese país para cerrar la cárcel, y la devolución a Cuba del territorio ocupado por el enclave militar está fuera de la agenda norteamericana, continúan levantándose voces que piden a Washington respetar la voluntad de la isla antillana.

Una carta abierta difundida esta semana por el Comité de Solidaridad de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América en Chicago, junto con el escritor norteamericano Noam Chomsky y la periodista Eva Golinger, llama al dignatario estadounidense a tomar medidas concretas para el fin del bloqueo contra Cuba y pide la devolución de la zona ocupada en Guantánamo.

"La base de Guantánamo cumplió 113 años a partir del 23 de febrero de 2016. Fue la primera base de Estados Unidos en nuestro hemisferio y es la base más antigua de Estados Unidos en el mundo, y la única en que el país de acogida carece de autoridad contractual para revocarla unilateralmente", señaló el texto.

 

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