CONVULSIÓN SOCIAL EN CHILE

Por Raciel Pérez Martínez
Foto INTERNET


El Chile pacífico que proyectó al mundo la presidenta socialista Michelle Bachelet durante su mandato del 2006 al 2010 pasó a la historia, y hoy ese país sudamericano vive una convulsionada situación social.

Desde hace varios meses el estudiantado reclama en las calles una educación pública con calidad, ante el auge de la privatización de casi todas las enseñanzas con altísimos costos de matrícula, solo pagable por la clase adinerada.

Por mandato del actual presidente derechista Sebastián Piñera, la policía ha arremetido una y otra vez contra el estudiantado,con saldo de una estudiante de 14 años muerta ,numerosos heridos y cientos de jóvenes detenidos.

Pero ese solo es una arista de toda la problemática que vive el pueblo chileno, que ve como su país es ejemplo en el crecimiento de la macroeconomía, aplicando métodos neoliberales, pero que la gran masa sigue en la pobreza.

Los trabajadores son los que soportan con mayor rigor el peso del sistema, con salarios que no se corresponden con las ganancias de los dueños de empresas y monopolios.

Como parte de su resistencia, la inmensa mayoría de los obreros chilenos decidieron ir a la huelga por 48 horas durante el miércoles y el jueves últimos.

La Central Única de Trabajadores de Chile (CUT) afirmó que el paro nacional de 48 dos días fue un éxito total y que centenares de miles de obreros se sumaron a las marchas pacíficas por pueblos y ciudades.

La Central Única de Trabajadores de Chile, respaldada por el estudiantado, exige la utilización de los plebiscitos como método de expresión de la voluntad popular, la renacionalización del cobre, una reforma nacional tributaria y una nueva constitución que reemplace a la impuesta por la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Chile, la principal vitrina del neoliberalismo en América Latina, está en plena ebullición social. La causa principal es que las ganancias van a parar en manos del gran capital mientras el pueblo sigue en la miseria, viendo pasar el tiempo sin mejorías concretas en su vida personal.