domingo, 15 de mayo de 2011

GRAN RETO PARA EL NUEVO PRESIDENTE HAITIANO.

Por Raciel Pérez Martínez
Foto INTERNET

Haití antes del último terremoto que mató más de 300 mil personas y destruyó la poca infraestructura existente, era el país más pobre del continente americano, ahora debe estar disputando el último puesto a nivel mundial.

Con esa realidad espeluznante, Michel Martelly asumió el pasado sábado la presidencia haitiana, sin un consistente programa que pueda en alguna medida comenzar a revertir el desolador panorama.

Desde el punto de vista político, lo peor de todo es que el nuevo mandatario, salido de unas controvertidas y prolongadas elecciones, va a gobernar en minoría- solo tres diputados- y esa situación no hará posible materializar sus proyectos.

El cantante de música popular Michel Martelly de 50 años de edad, devenido en político sin experiencia, dice abogar por cambios en el sistema prevaleciente en los últimos 22 años, el problema es cómo los va a realizar.

También se pronunció por eliminar de la vida política el "odio y la cultura de combate entre diferentes sectores e impulsar los intereses nacionales" sin un claro mecanismo de cómo lograrlo.

El partido INITÉ del saliente presidente René Preval será la fuerza política predominante en Haití, tras ganar la mayoría en el Parlamento.

Mientras tanto, más de 650 mil haitianos permanecen en casas de campaña esperando un futuro mejor, que parece estar muy alejado en el tiempo.

A más de un año del destructor temblor de tierra la prometida ayuda a Haití no llega, los nueve mil millones de dólares donados para la reconstrucción fueron a parar a cualquier otra parte, menos al hermano país caribeño.

Y como si la acción destructiva del terremoto fuera poco, la vecina nación caribeña sufre además una epidemia de cólera que ya cobró cinco mil vidas.

La Organización Panamericana de la Salud estima que el número puede triplicarse desde este mes, cuando comenzará la etapa de lluvia y empeorarán las condiciones de insalubridad.

El panorama de destrucción, de penuria total y de inseguridad reinantes en Haití, como si acabara de suceder el terremoto, es el que enfrenta como reto el recién estrenado presidente Michel Martelly, exitoso como artista, pero en la política está por ver.

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