martes, 19 de abril de 2011

GUERRA DE LA OTAN EN LIBIA PROVOCARÁ MASIVAS EMIGRACIONES HACIA EUROPA



Por  Raciel Pérez Martínez.
Foto INTERNET

Como si se tratara de un festín, la Unión Europea encabezada por Francia y el Reino Unido, aprobaron la invasión a Libia y se lanzaron con sus aviones como aves de rapiñas, para tratar de conquistar las reservas petroleras e imponer un gobierno más dócil en ese país árabe.

Los ideólogos de occidente pensaron que su descomunal carga de bombas lanzadas sobre Libia desde el aire y de portaviones, haría sucumbir al gobierno de Muamar el Gaddafi en cuestión de algunos días.

Como decimos en cubano, el tiro le salió por la culata pues pasan las semanas y no hay señales de una derrota del ejército leal a Gaddafi, todo lo contrario, pues está poniendo en jaque a los supuestos rebeldes atrincherados en algunas ciudades.

Una Unión Europea en bancarrotas, con revueltas populares en Londres, Atenas, España y otros integrantes del bloque, ve con amargura como pasa el tiempo y como suben los gastos de esa contienda.

Cuando se programaba la guerra con fines económicos, pues involucra petróleo y ventas de armas en gran escala, los tanques pensantes no previeron el efecto bumerán, es decir lo que pudiera venírseles encima por el conflicto.

Resulta que la ola popular del norte de África altamente reprimida, incluida la guerra en Libia liderada por la Organización de Naciones del Atlántico Norte (OTAN), ha incrementado el número de inmigrantes ilegales hacia Europa.

En las últimas semanas penetraron en Italia 23 mil tunecinos y cerca de cinco mil libios, entre otros, a los que el gobierno de Roma dio permiso de estancia temporal.

Según el tratado de Shengen, todas las personas autorizadas a estar en un país de la Unión Europea pueden automáticamente moverse libremente por todas las naciones del bloque.

Hace tres días cientos de tunecinos desearon abandonar el territorio italiano hacia Francia su exmetropolis, pero el gobierno galo paralizó su entrada en un paso fronterizo.

Esa situación trajo fuerte roce diplomático entre Roma y París, pues se violaba la altamente difundida circulación libre de personas en toda la geografía de la Unión Europea.

Francia decidió actuar contra los refugiados árabes dotados de papeles italianos; y les exigió una especie de visa especial y un certificado de estabilidad económica del que, carecen quienes salieron huyendo de las revueltas.

Durante algunas horas, y por primera vez en la historia de la Unión, no hubo paso entre Italia y Francia, país que colonizó a Túnez hasta 1956.

La nación de la "igualdad, libertad y fraternidad" acababa de demostrar que los tunecinos no eran iguales a los demás residentes, ni eran libres, ni los consideraba sus hermanos.

Europa envuelta en una gran crisis económica rechaza cada vez a los inmigrantes a quienes culpan de todos los males reinantes en sus países, donde impera el neoliberalismo.

La festinada guerra de la Unión Europea contra Libia destapará  la temida emigración árabe y de toda África.

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