La Organización de Naciones Unidas a toda velocidad aceptó a la cúpula gobernante de los llamados rebeldes líbios, como los legítimos representantes de ese país árabe, mientras intenta por todos los medios impedir el reconocimiento del Estado palestino que tiene todos los requisitos y el apoyo de la inmensa mayoría de las naciones.
El reconocimiento del Consejo Nacional de Transición por la ONU es una fragrante violación del derecho internacional porque no representa legítimamente al pueblo libio, aunque si a la Organización del Tratado del Atlántico Norte punta de lanza de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá.
El pueblo palestino viene luchando por más de medio siglo para lograr uno de los máximos anhelos de todo ser humano, como es tener su propia patria, un país libre, independiente.
Decenas de años perdidos acumulan las autoridades palestinas tratando por medio de negociaciones con Israel, lograr un acuerdo que les llevara a la definitiva creación de un Estado.
El mediador, de una manera o de otra siempre ha sido Estados Unidos, un incondicional de Israel, por esa razón nunca ha habido resultados positivos para los palestinos.
Mañana viernes, la autoridad nacional palestina, en la persona de su presidente Mahmoud Abbas, pedirá a la Asamblea General de la ONU el reconocimiento oficial de Palestina como el estado 194 de la comunidad de naciones.
Ante la perseverancia de los palestinos de llevar su caso a la ONU, a Estados Unidos no le ha quedado más remedio que quitarse la careta, y amenazar con vetar en el Consejo de Seguridad cualquier iniciativa que conduzca al nacimiento del Estado palestino.
Yendo un poco hacia tras en el tiempo, hurgando en la historia de la Organización de Naciones Unidas, recordemos que ésta nació a raíz de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, de la que Estados Unidos emergió como una gran potencia.
Washington la diseñó a su imagen y semejanza, le ubicó su sede en Nueva York, y para que funcionara bien le inyectó una parte considerable de dinero, que le mantiene cada año.
Para que no hubiera problemas en el futuro Estados Unidos propició que se aprobara la posibilidad de veto para cuatro potencias: para ellos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética que al desintegrarse pasó a Rusia, y posteriormente se incorporó a China.
Este llamado Consejo de Seguridad—muchas veces convertido en inseguridad como en Libia—convierte a la ONU en uno de los organismos mundiales más antidemocráticos, pues cinco países deciden lo que no pueden hacer otros 189.
Recordemos también que el principal grupo de poder de Estados Unidos es judío y por tanto pro-israelí; y que el gran capital es quien maneja a los presidentes en la Casa Blanca.
No nos sorprendamos, cuando mañana viernes la comunidad de naciones apruebe la existencia oficial de la nación palestina, y Estados Unidos haciendo uso de su poder antidemocrático, le quite el anhelado sueño de tener una patria libre al pueblo palestino.
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