Desde Alaska hasta la Patagonia, Europa, Asia, en cualquier punto del planeta tembló la Tierra en 2016 y en algunos sitios del planeta como en Ecuador e Italia las cifras son a considerar.
En el año que recién concluye las magnitudes de los sismos no superaron los ocho grados en la escala de Richter, contrario a la década precedente, que registró al menos uno anual de tal intensidad.
Sin embargo, en Ecuador, con solo 7,8 grados bastó para que las cifras de fallecidos ascendieran a 673.
Ocurrido el 16 de abril en las costeras provincias de Manatí y Esmeraldas, en los meses siguientes se produjeron más de dos mil 300 réplicas, varias superiores a los seis puntos.
Y cuando todo parecía volver a la normalidad, tras esa catástrofe considerada la peor de los últimos 60 años, otro sismo sorprendió a los habitantes de la zona más central del planeta.
Hace solo unos días un temblor de 5,9 en escala de Richter fue registrado en Atacames, provincia ecuatoriana de Esmeraldas, el cual causó tres muertos, más de 45 heridos, 70 inmuebles con afectaciones y 10 colapsados.
Parece que la zona del Cinturón del fuego del Pacífico, catalogada como la de mayor actividad sísmica del mundo, no es la más vulnerable.
A inicios de año, una noticia sobre movimientos telúricos recorría el orbe. Según datos del sitio digital Tutiempo.net, a fines de enero ocurrieron en solo 24 horas más de 200 temblores.
De esos, la mayoría se sucedieron en Marruecos, donde una seguidilla de sismos con magnitudes mayores de los 3 grados en la escala abierta de Ritcher afectó las inmediaciones de la localidad de Al Hoceïma, en esa nación norafricana.
El mayor de todos hasta ahora fue de 6,1 grados, según precisó la fuente.
A la par en España, ese mismo día del 25 de enero, un terremoto de 6,3 grados sacudió el sur de esa nación europea, sin que hasta el momento se reportaran víctimas en ciudades como Melilla, Málaga y Granada.
La zona mediterránea también reportó desastres con un terremoto de magnitud 6,0 que asoló varios pueblos del centro de Italia, principalmente Amatrice y Accumoli, en la provincia de Rieti, y Arquata del Tronto, en la provincia de Ascoli. El número de muertos asciende a 299, y de esos 231 fueron en Amatrice.
Si tenemos en cuenta el número de víctimas de estos eventos, además de liderar la lista Ecuador e Italia, el tercer puesto lo ocupa el Condado de Pingtung, en Taiwán, con 117 fallecidos a causa de un sismo de 6,4 grados, ocurrido el 6 de febrero.
Del otro lado del Atlántico, la situación no fue diferente en este 2016. Perú, El Salvador, Chile, sintieron la sacudida interna de la Tierra. Nicaragua mostró una situación aún más alarmante, cuando en la costa Atlántica afectaba el huracán Otto, ese mismo día la naturaleza se ensañaba en el Pacífico, con un terremoto de 7,0 grados en noviembre último.
En Cuba en la región oriental ocurrieron a inicios de año varios sismos, actividad considerada por especialistas de anómala. El del 24 de enero, por solo citar un ejemplo, fue de 3,7 grados de magnitud, el cual se sumó a otros de similar intensidad que ocurrieron desde el 17 de enero último.
El planeta está activo, en constante evolución, dijo a esta reportera el anterior presidente de la Sociedad cubana de Geología, Manuel Iturralde en ocasión de eventos similares que afectaban la región, en especial los sucedidos en Haití y Chile en 2010, que cobraron la vida a cientos de personas.
De hecho el sitio digital El tiempo considera ambos fenómenos entre los 10 más devastadores desde inicios del siglo XXI. (Ana Laura Arbesú,corresponsal de Prensa Latina)
Sin embargo, en Ecuador, con solo 7,8 grados bastó para que las cifras de fallecidos ascendieran a 673.
Ocurrido el 16 de abril en las costeras provincias de Manatí y Esmeraldas, en los meses siguientes se produjeron más de dos mil 300 réplicas, varias superiores a los seis puntos.
Y cuando todo parecía volver a la normalidad, tras esa catástrofe considerada la peor de los últimos 60 años, otro sismo sorprendió a los habitantes de la zona más central del planeta.
Hace solo unos días un temblor de 5,9 en escala de Richter fue registrado en Atacames, provincia ecuatoriana de Esmeraldas, el cual causó tres muertos, más de 45 heridos, 70 inmuebles con afectaciones y 10 colapsados.
Parece que la zona del Cinturón del fuego del Pacífico, catalogada como la de mayor actividad sísmica del mundo, no es la más vulnerable.
A inicios de año, una noticia sobre movimientos telúricos recorría el orbe. Según datos del sitio digital Tutiempo.net, a fines de enero ocurrieron en solo 24 horas más de 200 temblores.
De esos, la mayoría se sucedieron en Marruecos, donde una seguidilla de sismos con magnitudes mayores de los 3 grados en la escala abierta de Ritcher afectó las inmediaciones de la localidad de Al Hoceïma, en esa nación norafricana.
El mayor de todos hasta ahora fue de 6,1 grados, según precisó la fuente.
A la par en España, ese mismo día del 25 de enero, un terremoto de 6,3 grados sacudió el sur de esa nación europea, sin que hasta el momento se reportaran víctimas en ciudades como Melilla, Málaga y Granada.
La zona mediterránea también reportó desastres con un terremoto de magnitud 6,0 que asoló varios pueblos del centro de Italia, principalmente Amatrice y Accumoli, en la provincia de Rieti, y Arquata del Tronto, en la provincia de Ascoli. El número de muertos asciende a 299, y de esos 231 fueron en Amatrice.
Si tenemos en cuenta el número de víctimas de estos eventos, además de liderar la lista Ecuador e Italia, el tercer puesto lo ocupa el Condado de Pingtung, en Taiwán, con 117 fallecidos a causa de un sismo de 6,4 grados, ocurrido el 6 de febrero.
Del otro lado del Atlántico, la situación no fue diferente en este 2016. Perú, El Salvador, Chile, sintieron la sacudida interna de la Tierra. Nicaragua mostró una situación aún más alarmante, cuando en la costa Atlántica afectaba el huracán Otto, ese mismo día la naturaleza se ensañaba en el Pacífico, con un terremoto de 7,0 grados en noviembre último.
En Cuba en la región oriental ocurrieron a inicios de año varios sismos, actividad considerada por especialistas de anómala. El del 24 de enero, por solo citar un ejemplo, fue de 3,7 grados de magnitud, el cual se sumó a otros de similar intensidad que ocurrieron desde el 17 de enero último.
El planeta está activo, en constante evolución, dijo a esta reportera el anterior presidente de la Sociedad cubana de Geología, Manuel Iturralde en ocasión de eventos similares que afectaban la región, en especial los sucedidos en Haití y Chile en 2010, que cobraron la vida a cientos de personas.
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