Las prácticas agroecológicas se extienden cada vez más por la región y el mundo, como alternativa eficaz al modelo de producción industrial en el campo, el cual muestra signos de agotamiento, aseguró hoy un experto.
En conversación con Prensa Latina, el responsable técnico de la Secretaría Operativa Internacional de La Vía Campesina, Peter Rosset, sostuvo, además, que esa decadencia del actual paradigma se debe al monocultivo y excesivo uso de la mecanización en el laboreo de los suelos.
También como resultado del empleo en demasía de agro-tóxicos (fertilizantes y herbicidas químicos).
Esa forma de producción, sustentanda en la llamada Revolución Verde de mediados de la anterior centuria, ya no aporta los rendimientos deseados, los que por el contrario vienen descendiendo, explica el experto de Vía Campesina.
Esta entidad es un movimiento internacional integrado por una coalición de 148 organizaciones de unos 70 países que defienden la agricultura sostenible.
Rosset abundó: El potencial y los beneficios de ese sistema de producción alimentaria comienzan a declinar como resultado de la degradación de la tierra, malas hierbas resistentes a herbicidas, plantaciones de monocultivo devastadas por plagas y enfermedades, y las consecuencias negativas de emisiones de gases de efecto invernadero.
Defendió a continuación un nuevo modelo productivo basado en la agroecología y otras prácticas como la agricultura de conservación, que contribuyan a la preservación del ambiente.
En su opinión, las crisis sanitarias de desnutrición, obesidad, diabetes, enfermedades del colon y cáncer son provocadas en gran medida por dietas en las que predominan los alimentos industriales.
Agroecología versus agro-negocio
El experto estimó además que actualmente a escala internacional existe una gran disputa relacionada con el futuro de la producción en el campo y el sistema alimentario.
Por un lado -refiere- está la agroecología, de campesinos que obtienen alimentos saludables y frescos, y por el otro, el modelo de la muerte, del agro-negocio y alimentos chatarra que generan enfermedades.
Este último -agrega- se asocia con el imperio de las multinacionales, los acuerdos de libre comercio, la degradación de los ecosistemas, el mínimo acceso a la tierra y el agua, la criminalización de las semillas criollas y su privatización mediante leyes y acuerdos, la violencia, el desalojo y la migración.
Consideró que la agroecología viene creciendo como alternativa y elemento clave en la construcción de la soberanía alimentaria. Ella puede restaurar la fertilidad del suelo, recuperar su capacidad productiva y aportar nutrientes sanos en armonía con la naturaleza.
Las soluciones reales a la actual crisis- apuntó- no pueden partir de un sometimiento al modelo industrial.
Es necesario que este sea transformado para construir sistemas de producción agrícola locales que propicien vínculos entre el medio rural y el urbano, basados en una verdadera producción de alimentos agroecológicos, resumió.
Esa forma de producción, sustentanda en la llamada Revolución Verde de mediados de la anterior centuria, ya no aporta los rendimientos deseados, los que por el contrario vienen descendiendo, explica el experto de Vía Campesina.
Esta entidad es un movimiento internacional integrado por una coalición de 148 organizaciones de unos 70 países que defienden la agricultura sostenible.
Rosset abundó: El potencial y los beneficios de ese sistema de producción alimentaria comienzan a declinar como resultado de la degradación de la tierra, malas hierbas resistentes a herbicidas, plantaciones de monocultivo devastadas por plagas y enfermedades, y las consecuencias negativas de emisiones de gases de efecto invernadero.
Defendió a continuación un nuevo modelo productivo basado en la agroecología y otras prácticas como la agricultura de conservación, que contribuyan a la preservación del ambiente.
En su opinión, las crisis sanitarias de desnutrición, obesidad, diabetes, enfermedades del colon y cáncer son provocadas en gran medida por dietas en las que predominan los alimentos industriales.
Agroecología versus agro-negocio
El experto estimó además que actualmente a escala internacional existe una gran disputa relacionada con el futuro de la producción en el campo y el sistema alimentario.
Por un lado -refiere- está la agroecología, de campesinos que obtienen alimentos saludables y frescos, y por el otro, el modelo de la muerte, del agro-negocio y alimentos chatarra que generan enfermedades.
Este último -agrega- se asocia con el imperio de las multinacionales, los acuerdos de libre comercio, la degradación de los ecosistemas, el mínimo acceso a la tierra y el agua, la criminalización de las semillas criollas y su privatización mediante leyes y acuerdos, la violencia, el desalojo y la migración.
Consideró que la agroecología viene creciendo como alternativa y elemento clave en la construcción de la soberanía alimentaria. Ella puede restaurar la fertilidad del suelo, recuperar su capacidad productiva y aportar nutrientes sanos en armonía con la naturaleza.
Las soluciones reales a la actual crisis- apuntó- no pueden partir de un sometimiento al modelo industrial.
Es necesario que este sea transformado para construir sistemas de producción agrícola locales que propicien vínculos entre el medio rural y el urbano, basados en una verdadera producción de alimentos agroecológicos, resumió.
Por Roberto Salomón. Prensa Latina
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