El estudio de un cráneo y otros huesos procedentes de una cueva del yacimiento de Jebel Irhoud, en Marruecos, ha cambiado lo que creíamos saber sobre los orígenes de nuestra especie, Homo sapiens. Los restos humanos tienen 300.000 años, lo que significa que son 100.000 más antiguos que los fósiles de Etiopía que hasta ahora ostentaban ese récord. El hallazgo sugiere que los procesos evolutivos que llevaron a la aparición de los humanos modernos pueden no haber estado confinados al este de África, como se creía hasta ahora.
Los científicos, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania), utilizaron exploraciones microtomográficas computerizadas de última generación para demostrar que la forma facial de los fósiles de Jebel Irhoud es prácticamente indistinguible de la de los humanos actuales.
ABC Ciencia
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