miércoles, 31 de enero de 2018

Fibromialgia, una enfermedad incomprendida



La fibromialgia es una enfermedad crónica de difícil diagnóstico que amenaza el bienestar de una cifra creciente de personas por su estrecha relación con el envejecimiento poblacional.

Ese padecimiento produce intensos dolores en las articulaciones y afecta la musculatura, disminuyendo consecuentemente la calidad de vida de las personas.

Expertos de todo el mundo coinciden en que es una patología con cada vez mayor incidencia internacional y serias implicaciones para la salud a corto y largo plazo.

El padecimiento inquieta aproximadamente al 4 por ciento de la población global, especialmente a las mujeres cuya edad oscila entre los 40 y 50 años, según el American College of Rheumatology.

De hecho, la entidad norteamericana precisó que afecta más al sexo femenino que a los hombres en una proporción de 9 o 10 por uno.

Aunque en ambos géneros tiene incidencia entre los 20 y los 50 años de edad, también existen casos de niños y ancianos aquejados de la enfermedad, añadió. Su diagnóstico acertado es difícil, pues muchas veces los galenos la confunden con la artritis, y los primeros síntomas suelen pasar desapercibidos, pues se cree que es un movimiento brusco, el mal dormir, un sobreesfuerzo físico, o algo por el estilo.

Con dicho padecimiento el dolor es incesante y más intenso durante la mañana al levantarse, mejora al transcurrir el día, pero vuelve a empeorar en las horas del atardecer y la noche.

Los principales puntos donde se manifiesta el dolor son -según la bibliografía científica del sitio web Artritis.org - alrededor de la columna vertebral, la cervical, brazos y hombros, la región lumbar, caderas y muslos.

La molestia agrava si la persona está en una misma postura todo el día, si levanta pesos excesivos para su capacidad física, por cambios climáticos, variaciones de temperatura o algún problema emocional.

Otro síntoma frecuente de la fibromialgia es el agotamiento mental y físico, por un largo tiempo y sin alivio aunque el paciente descanse.

Pero ¿qué desencadena la enfermedad? La ciencia hoy todavía lo desconoce, sin embargo, varios estudios de apuntan a problemas como el desequilibrio en los neurotransmisores del sistema nervioso, cuadros depresivos, patologías musculares, procesos inflamatorios, disfunción en la llegada de la sangre a ciertas estructuras cerebrales, infecciones virales o crónicas, e incluso la predisposición genética.

El tema de la herencia genética es importante pues el padecimiento es 8 veces más frecuente entre miembros de la misma familia.

Otros estudios clínicos han encontrado elevados niveles de anticuerpos anti polímero en pacientes con fibromialgia, lo cual podría significar que se trate de una enfermedad autoinmune.

Ciertos factores psicosomáticos también podrían ser desencadenantes de una, entre ellos el estrés, la ansiedad y la depresión producidas por alteraciones emocionales (divorcio o separación matrimonial, problemas con los hijos, pérdida del trabajo o fracaso profesional).

Una enfermedad incurable, pero tratable 

Lo peor de ese complejo padecimiento es que es una enfermedad incurable.

No existe una medicina específica para eliminarla y todos los pacientes reaccionan de forma diferente a la terapia a la que se someten.

En este sentido hay dos variantes de tratamientos: farmacológica o natural.

El tratamiento farmacológico para la fibromialgia apuesta por aliviar el malestar físico y psíquico de los pacientes con analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos etcétera.

La opción no farmacológica se dirige a fortalecer la mente y el cuerpo de la persona afectada, consumiendo alimentos naturales, con hierbas o aceites medicinales, complementado con terapias educativas y psicológicas junto a prácticas como la meditación o el reiki, no siempre entendidas por la ciencia dada su gran carga auto sugestiva.

Sin embargo, dada la complejidad de la propia enfermedad, su atención precisa un enfoque multidisciplinar donde colaboren varios especialistas: médicos de familia, reumatólogos, psicólogos y fisioterapeutas y atiendan a las necesidades y respuestas reales de la persona.

En este sentido, los especialistas coinciden en que la actividad física acorde al paciente es un pilar importante, aunque el dolor muscular limite el ejercicio.

Fuentes especializadas indican que la combinación del tratamiento químico con un programa de actividades, deriva en mejores resultados que el ejercicio realizado de forma aislada.

Además, un estudio de la página MedLine Plus estima que el 85 por ciento de las personas afectadas no están en forma y con un programa adecuado podrían aliviar los síntomas de la fibromialgia o incluso evitar su aparición.

Por el contrario, detractores de la idea alegan que los atletas que entrenan en exceso un grupo muscular o sufren rasgaduras, tendinitis u otras lesiones, pueden desarrollar el padecimiento.

Aún así, médicos familiarizados con la enfermedad, recomiendan un régimen supervisado de ejercicios aeróbicos suaves, como la natación, la hidrogimnasia, la danza o la bicicleta estática.

A su criterio, la actividad física aeróbica, mejora el rendimiento del cuerpo y puede ayudar a disminuir el umbral del dolor por la fibromialgia.

Otra práctica muy útil en el tratamiento son los estiramientos, masajes, y ejercicios posturales.

Medicina natural 

Desde el punto de vista de la medicina natural, las hierbas y plantas con propiedades relajantes son las más recomendadas para sobrellevar los efectos de ese problema de músculos y articulaciones.

De igual forma, para enfrentar la fibromialgia otros expertos apuestan por reforzar la nutrición con productos ricos en minerales y vitaminas.

Para los alimentos ricos en magnesio, algunas de las opciones son las espinacas, los espárragos, la lechuga, la levadura de cerveza y el germen de trigo.

Si uno desea añadir más selenio a la dieta, se puede encontrar ese nutriente en la naranja, la manzana, el pepino, la calabaza, el ajo, la cebolla y las coles.

Para más calcio, no solo se puede apostar por los lácteos, sino también los vegetales de hoja verde como la espinaca o la acelga.

Para consumir más cantidad de vitamina C, además de la naranja, podemos remitirnos a otros alimentos como las fresas, los arándanos y las cerezas. En Sudamérica y el Caribe podemos acudir a la guayaba.

La fibromialgia es una enfermedad muy compleja y debe ser tratada de forma multidisciplinaria, pero enfocada en fortalecer la mente y el cuerpo del paciente.

Además, la atención médica debe ser personalizada y contar con la colaboración de la familia y el círculo de personas allegadas al sujeto, en aras de garantizar avances reales y un beneficio a la salud a corto y a largo plazo.

 Por: Betty Hernández Quintana , periodista de Prensa Latina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario