sábado, 28 de diciembre de 2019

La luna Encélado y el enigma de su piel de tigre


Las rayas de tigre, de 130 kilómetros de largo y 35 de ancho, corren paralelas y separadas de manera uniforme por la superficie de esta gran bola de nieve que es Encélado

Las rayas de tigre en Encélado - NASA, ESA, JPL, SSI, Cassini Imaging Team
Las rayas de tigre en Encélado – NASA, ESA, JPL, SSI, Cassini Imaging TeamEncélado, luna helada de Saturno de 500 km de longitud, alberga en un gran océano subterráneo, lo que la convierte en uno de los objetivos principales para buscar vida fuera de la Tierra. Una de sus características más llamativas son unos profundos cañones bautizados como “rayas de tigre” por donde brotan chorros de vapor de agua a gran altura sobre la superficie. Estas formaciones fueron vistas por primera vez por la misión Cassini, revelando un paisaje único en el sistema solar. Ahora, un grupo de investigadores del Instituto Carnegie ha descubierto cómo se forman y permanecen estas fisuras.
Las rayas de tigre, de 130 kilómetros de largo y 35 de ancho, corren paralelas y separadas de manera uniforme por la superficie de esta gran bola de nieve que es Encélado. “Lo que las hace especialmente interesantes es que están en erupción continua con hielo de agua, incluso mientras hablamos. No hay otros planetas o lunas heladas que tengan algo similar”, afirma Doug Hemingway, autor principal del estudio publicado en la revista “Nature Astronomy”.
El equipo estaba particularmente interesado en comprender por qué las rayas están presentes solo en el polo sur de la luna, pero también por qué las grietas están tan separadas. Al parecer, la respuesta a la primera pregunta es una cuestión de cara o cruz. Los investigadores revelaron que las fisuras por donde salen los géiseres podrían haberse formado en cualquier polo, pero el sur se abrió primero.
Deformación gravitacional
Encélado experimenta un calentamiento interno debido a la excentricidad de su órbita. A veces está un poco más cerca de Saturno y, a veces, un poco más lejos, lo que hace que la luna se deforme ligeramente, se estire y se relaje, como respuesta a la gravedad del planeta gigante. Es este proceso el que evita que el satélite se congele por completo.
La clave para la formación de las fisuras es el hecho de que los polos de la luna experimentan los mayores efectos de esta deformación gravitacional inducida, por lo que la capa de hielo sobre ellos es más delgada. Durante los períodos de enfriamiento gradual en Encélado, parte del océano subterráneo de la luna se congela. Debido a que el agua se expande si se congela, a medida que la corteza helada se espesa desde abajo, la presión en el océano subyacente aumenta hasta que la capa de hielo finalmente se abre, creando una fisura. Debido a su hielo relativamente delgado, los polos son los más susceptibles a las grietas.
Bagdad, la primera
Los investigadores creen que la fisura que lleva el nombre de la ciudad de Bagdad fue la primera en formarse. (Las rayas han sido bautizadas por los lugares mencionados en las historias de las “Mil y una noches”). Sin embargo, no se volvió a congelar. Permaneció abierta, permitiendo que el agua del océano saliera de su grieta que, a su vez, causó la formación de tres grietas paralelas más. “Nuestro modelo explica el espaciado regular de las grietas”, afirma Max Rudolph, de la Universidad de California, Davis, y coatuor del informe.
Las divisiones adicionales se formaron por el peso del hielo y la nieve que se acumulaban a lo largo de los bordes de la fisura de Bagdad a medida que los chorros de agua del océano interno se congelaban y volvían a caer. Este peso agregó una nueva forma de presión sobre la capa de hielo. “Eso hizo que la capa de hielo se flexionara lo suficiente como para provocar una grieta paralela a unos 35 kilómetros de distancia”, añade Rudolph.
Que las fisuras permanezcan abiertas y se produzcan géiseres también se debe a los efectos de las mareas de la gravedad de Saturno. La deformación de la luna actúa para evitar que las grietas se cierren, ensanchándolas y estrechándolas repetidamente y arrojando agua dentro y fuera de ellas, evitando que el hielo se vuelva a cerrar.
En una luna más grande, su propia gravedad sería más fuerte y evitaría que las fracturas adicionales se abrieran completamente. Por este motivo, esas rayas de tigre solo podrían haberse formado en Encélado.
Revista Bohemia



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