Por Raciel Pérez Martínez
El futuro del planeta tierra y sus especies vivientes están en juegos en la actual Cumbre sobre el Cambio Climático, que se realiza en Cancún, México.
Grandes esperanzas ha puesto la humanidad en este foro auspiciado por la Organización de Naciones Unidas después del fracasado encuentro realizado en Copenhague, la capital de Dinamarca.
Desde el pasado día 29 de noviembre y hasta el próximo 10 de diciembre es tiempo suficiente para escuchar decenas de discursos, todos abogando por frenar el cambio climático y sus efectos secundarios.
Pero de ahí a la práctica va un trecho casi insalvable, pues no se establecen compromisos concretos de las naciones desarrolladas sobre la disminución de gases contaminantes.
Hasta ahora, países importantes emisores de CO2 y otros gases dañinos dicen no fijarse metas en ese sentido pues el principal emisor, Estados Unidos, no adopta una ley sobre clima ni establece compromisos en ese sentido.
La organización ecologista Greenpease recordó que se lleva 20 años esperando que Washington actúe para impedir los efectos que provocan el cambio climático.
También destacó que falta una acción más enérgica del resto de países poderosos, para destrabar las discusiones y adoptar el compromiso vinculante que se necesita.
En la Cumbre de Cancún se evidencia que naciones emergentes como China, Brasil, India y Sudáfrica están pasando de la retórica a compromisos serios para evitar la deforestación.
Mientras tanto en Europa, con la excepción de Noruega, no se asume el reto de reducir emisiones al 30 por ciento, sin importar los pasos de otros Estados.
Como algo muy positivo se conoció en el foro sobre el cambio climático el hecho de que muchos países invirtieron por segundo año consecutivo, desde el 2009, más fondos para producir energía renovable, que para generar electricidad a partir de combustibles fósiles.
En realidad las posiciones entre los países subdesarrollados y los ricos son antagónicas en cuanto a la manera de concebir un plan efectivo para la reducción de gases contaminantes.
Como algo muy positivo se conoció en el foro sobre el cambio climático el hecho de que muchos países invirtieron por segundo año consecutivo, desde el 2009, más fondos para producir energía renovable, que para generar electricidad a partir de combustibles fósiles.
En realidad las posiciones entre los países subdesarrollados y los ricos son antagónicas en cuanto a la manera de concebir un plan efectivo para la reducción de gases contaminantes.
Los países del llamado Tercer Mundo, con el 80 por ciento de la población mundial, apenas han tenido una participación del 25 por ciento en esta contaminación, que sufre el planeta.
Casi 200 países se han dado cita en el décimo sexta Cumbre sobre Cambio Climático con sede en México. Muchas personas responsables se esfuerzan por convencer de que está en juego la especie humana, pero algunos con el signo de dinero en el cerebro no entienden nada.
Pienso que no es necesario esperar a la décimo séptima cumbre sobre el Clima fijada para Sudáfrica en el 2011, para tomar decisiones sabias.
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