jueves, 26 de diciembre de 2019

El Cristo de La Habana cumple 61 años: La historia “poco contada” de su escultora.


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El Cristo de La Habana, una de las esculturas más admiradas de la capital  cubana, y quizás de Cuba, cumple este 25 de diciembre 61 años bendiciendo a una Ciudad Maravilla con cinco siglos de vida.
La imponente escultura se debe al oficio de Lilia Jilma Madera Valiente, natural de San Cristóbal, hoy municipio de Artemisa, quien también esculpió el busto de José Martí emplazado en el Pico Turquino el 21 de mayo de 1953.
Jilma es autora de muchas obras entre la cuales destacan el frontispicio de la Fragua Martiana, los monumentos al General Francisco Peraza, en El Cacahual,  a Martí, en parque de San Nicolás, Mayabeque, y a Adolfo del Castillo, en Managua, La Habana.
La historia de la escultora y sus piezas más trascendentes: el Cristo y el Martí del Turquino, son muy conocidas, y puede hallarla en numerosos artículos. No obstante, obvian las referencias a las fotografías, documentos o piezas originales de la artista atesoradas por el Museo Municipal de Historia de San Cristóbal, o al concurso de artes plásticas y literatura que convoca el centro cada 18 de septiembre, fecha del natalicio de Jilma, lo cual demuestra cuánto queda por investigar y revelar sobre su vida.
Somnia Garriga Guzmán, directora del museo, precisó a la ACN que la institución se fundó en 1983 y el nuevo montaje museográfico concebido para su reapertura en  2008 concibió una sala dedicada a Jilma, pues poseen una colección sobre la escultora  conformada por mil 184 piezas, casi el tercio del patrimonio de la institución.

Lilia Jilma Madera Valiente, natural de San Cristóbal, hoy municipio de Artemisa. Foto: ACN.
El espacio cuenta con fotografías que documentan  el proceso de montaje del Cristo, de Jilma en Italia, junto a su familia y otras que evocan la historia del Martí del Turquino, el vaciado en yeso del Martí del Turquino, la pieza que realizó para su graduación en la escuela de San Alejandro, entre otras piezas de valor histórico y cultural.
La sala dedicada a la autora del Cristo de La Habana, Monumento Nacional desde 2017, deviene merecido homenaje a una mujer que se consideró martiana, y cuyo legado artístico ha sido reconocido desde la crítica, la historia y la sensibilidad.
Nadie escapa al efecto visual del Jesús que observa a La Habana desde una colina al otro lado de la bahía. Y es difícil no imaginar las aventuras que precedieron a la colocación del busto del Héroe Nacional cubano en la mayor altura de la Isla.
Entonces, ¿cómo olvidar qué Jilma nació en un pueblito de Artemisa, cuyos vecinos se empeñan en perpetuar su memoria? Ella vive, aunque muchos artículos, o sus autores lo releguen, entre su natal San Cristóbal y su Cristo de La Habana.

En fotos, el Cristo de La Habana


Cristo de La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Cristo de La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Cristo de La Habana. Foto: Jennifer Romero/ Cubadebate.

Cristo de La Habana. Foto: Jennifer Romero/ Cubadebate.
Cubadebate(Con información de ACN)

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