domingo, 20 de noviembre de 2011

VOTO DE CASTIGO DE LOS ESPAÑOLES

Por Raciel Pérez Martínez
Foto Internet 


 El pueblo español este domingo castigó al Partido Socialista y dio la mayoría de sus votos al derechista Partido Popular, pues el actual gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero se comportó como cualquier otro que defiende los intereses de los ricos.

En realidad los indignados de España y sus familiares como el resto de los electores fueron a las urnas sin opción de cambio, y más bien dieron su beneplácito al Partido derechista como un voto de castigo contra el Partido Socialista, históricamente más cercano al pueblo, pero que se plegó a las exigencia del gran capital.

El nuevo presidente Mariano Rajoy solo tuvo que esperar que pasara el tiempo, y sin importantes promesas sabía que ganaría, por el desgaste político ha que ha sido sometido el actual gobierno plegado al neoliberalismo.

La situación económica y social que se vive hoy en España es desesperante y el pueblo pide a gritos cambios. Un desempleo que ronda el 20 por ciento y una series de medidas de ajustes es el caldo de cultivo que infligió una aplastante derrota a los socialistas españoles.

El Partido Popular ganó 186 escaños mientras el Socialista a duras penas pudo retener 110, lo que evidencia el resentimiento existente en las masas.

Con la promesa de ponerse a trabajar desde hoy lunes para situar a España "a la cabeza de Europa", Rajoy ha admitido que, ante la delicada situación financiera, no puede prometer "milagros" y ha invitado a todos, sus votantes y no votantes, a participar del cambio.

El líder del Partido Popular ha llegado a lo más alto con un discurso caracterizado por propuestas ambiguas, basadas en un programa intencionadamente indefinido que ahora deberá concretar.

Los primeros días de Rajoy al mando del Gobierno, a partir de la segunda quincena de diciembre si no hay un adelanto pactado con los socialistas, serán especialmente intensos y complejos.

El nuevo presidente de España deberá resolver en dos semanas la subida de ocho millones y medio de pensiones; decidir los salarios de más de tres millones de funcionarios (recortados y congelados desde hace año y medio) y ahorrar al menos 16 mil millones de euros el próximo año para cumplir así los compromisos con la Unión Europea.

El pueblo europeo sumido en una gran crisis, sin una lucecita al final del túnel, ha desbancado desde el pasado año hasta la fecha a seis gobiernos conservadores y progresistas, como respuesta rebelde a las posiciones neoliberales.

Reino Unido, Holanda, Irlanda, Portugal, Dinamarca y este domingo España han cambiado el color político de sus gobiernos, como castigo por la crisis económica.

El pueblo europeo, como el de otros continentes, comprenderán que el problema no es de nombre ni de partidos políticos, sino de una crisis sistémica imperante en el capitalismo.

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