Por Raciel Pérez Martínez
La llamada Cumbre de Las Américas concluyó este domingo en Cartagena de Indias, Colombia, con una clara demostración de que América Latina y el Caribe son más independientes al exigir un trato de igual a igual a Estados Unidos.
Brasil en la voz de su presidenta, Dilma Rosseff fue tajante al plantear una relación de igualdad dirigida a Washington, acostumbrado hasta hace muy poco a conducir a su antojo a la región, apodada como el patio trasero del imperio.
La posición servil de los gobiernos de América Latina y el Caribe pasó a la historia, y así lo demuestra esta Cumbre al no poderse redactar una declaración final debido a las contradicciones que se generaron.
Los países del bloque del Alba y naciones como Argentina, Brasil, Colombia y Perú, pidieron que el tema cubano entrara en la declaración final.
Además, había diferencias igualmente en el asunto de las Malvinas. Todos los países del continente, salvo Estados Unidos y Canadá, respaldaban una declaración de solidaridad de la Cumbre con Argentina
Hoy, el concierto de integración de las naciones latinoamericanas aísla a Estados Unidos y Canadá, que siguen siendo desde la Cumbre de Mar del Plata, las notas discordantes.
No es de asombrar la posición de Canadá, que tiene como Jefa de Estado a la Reina Isabel, del Reino Unido, el mismo que tiene colonizada a las Malvinas y otras islas pertenecientes a la Argentina.
Tampoco hubo consenso en el tema de las drogas, pues varios presidentes latinoamericanos le pidieron a Barack Obama una responsabilidad compartida en la lucha contra ese mal social, pues precisamente el gran consumo estadounidense incentiva la producción.
La Cumbre de Cartagena no tuvo un final feliz, no solo porque no haber Declaración Final, sino debido a que varios presidentes al comprender que perdían el tiempo, adelantaron la partida hacia sus respectivos países.
Tal es el caso de la presidenta de Argentina Cristina Fernández, que tras posar en la foto oficial regresó a Buenos Aires sin esperar la clausura.
También regresó a su país antes del cierre de la Cumbre, la gobernante de Brasil, Dilma Rosseff, por lo que quedó cancelado un encuentro con su par colombiano, Juan Manuel Santos
No estuvieron presentes en el cónclave hemisférico los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, en protesta por la ausencia de Cuba; de Venezuela, Hugo Chávez, por motivos de salud, y de Nicaragua Daniel Ortega.
La verdadera Cumbre de Las Américas se desarrolló durante la semana anterior en el denominado V Foro de los Pueblos, en donde se plantearon los problemas que aquejan al continente, y la manera de cómo solucionarlos.
Tal y como se puede valorar, por lo que ha pasado en Cartagena de Indias, las Cumbres de Las Américas pueden morir pronto, de no aplicarse una política igualitaria, y si no predomina el sentir de la mayoría.
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