Durante 69 días una parte importante de los habitantes del planeta tierra hemos seguido con gran interés, todo el proceso de rescate de los 33 mineros chilenos atrapados a casi 700 metros de profundidad.
Coincidiendo con los 518 años del encuentro de la cultura europea y la de este continente, este martes a partir de las diez de la noche, hora de Chile, comenzó el esperado traslado de los mineros desde las profundidades de la tierra a la superficie.
El lugar donde está enclavada la mina habitualmente es solitario, en medio de un gran desierto, pero ahora se ha convertido en uno de los puntos claves de la noticia en el mundo.
Casi mil quinientos periodistas de varios centenares de órganos de prensa, cadenas de televisión de todos los continentes están ahora mismo reportando en vivo minuto a minuto el rescate de los mineros.
Principales líderes mundiales, organizaciones sociales, la humanidad entera aplaude todo el esfuerzo realizado por muchas personas e instituciones, para el feliz término de la operación en el desierto de Atacama.
Pero detrás de todo ese espectacular despliegue mediático, sustentado en un factor de alta sensibilidad humana como es el rescate de los mineros, se esconde la huelga de hambre de los chilenos de la etnia mapuche.
Es contradictorio el masivo apoyo mediático a los mineros atrapados y el silenciado caso de los 38 mapuches que por tres meses se mantuvieron en ayuna, el último de ellos hasta este domingo, como acción de rebeldía para que se aboliera una ley que los acusa de terrorista porque reclaman sus tierras ancestrales.
Los indígenas mapuches chilenos han visto como buena parte de sus tierras han pasado a trasnacionales, mediante contratos engañosos y con el visto bueno de las autoridades, y las que les quedan pudieran perderlas también.
No estaban los huelguistas bajo tierra, estaban ahí mismo en la superficie al alcance de las cámaras de televisión, de las grabadoras de los reporteros, de los fotógrafos, pero era una noticia censurada.
Este domingo cuando se cumplen 518 años de la llegada de los conquistadores europeos a la hoy tierra americana, la etnia mapuche sigue luchando por sus derechos, por lo de todos los indígenas que lo empezaron a perder precisamente el 12 de octubre de 1492.
Como dato interesante, los mapuches son una de las pocas etnias que no pudo conquistar el colonizador español, y ese espíritu de rebeldía está presente en las actuales generaciones de esos indígenas que pueblan parte de la geografía chilena.
Que viva el rescate exitoso de los 33 mineros chilenos, que vivan también los mapuches que claman por sus derechos ancestrales.
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