Por: Raciel Pérez Martínez
Foto INTERNET
Muy atinada ha sido la decisión de la Organización de Naciones Unidas de declarar al actual 2011 como el Año Internacional de los Bosques.
Y es que las plantas son industrias biológicas que purifican la atmósfera, contribuyen en buena medida a la formación y mantenimiento de ecosistemas y son al sostén económico de muchas personas.
Según estudios estadísticos más de mil 600 millones de habitantes dependen de los bosques para sus sustentos, con un aporte a la economía mundial superior a los 400 mil millones de dólares.
No obstante ser tan importante para la vida del planeta, los bosques sufren una constante destrucción, sobre todo por el accionar depredador del propio hombre.
La agencia de Naciones Unidas dedicada al tema de la alimentación y la agricultura, conocida por su sigla en ingles (FAO) estima que cada año 130 mil kilómetros de bosques desaparecen debido a tala de árboles.
Son prácticas generalizadas la destrucción de bosques para el desarrollo ganadero o agrícola y la creación de nuevos asentamientos humanos.
Por muchos esfuerzos de organizaciones ecologías y otras que abogan por detener el cambio climático esa tendencia destructiva persiste, y por eso surge la iniciativa de las Naciones Unidas para frenar ese genocidio forestal.
Se estima que los bosques proporcionan habitat a cerca de dos tercios de toda la especie en la tierra, y esa tala masiva de árbol explica la pérdida de cien especies por día.
El apoyo a esta campaña de Naciones Unidas para salvar los bosques que quedan, porque son el pulmón del planeta, es tarea primordial de todos los países, especialmente cada uno de los casi siete mil millones de personas que habitamos la tierra.
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