jueves, 27 de enero de 2011

HODURAS SIGUE EN CRISIS.




Por Raciel Pérez Martínez
Fotosa INTERNET

Un año se cumplió este jueves del gobierno de Porfirio Lobo Sosa, que mantiene al pueblo hondureño sumido en una gran crisis económica, política y social sin perspectivas cercanas para su solución, excepto una masiva rebelión como ocurrió en Túnez la pasada semana.

El poder real en Honduras está secuestrado por una extremadamente conservadora oligarquía, mientras se reporta el sufrimiento de las mayorías del pueblo; obreros, campesinos, maestros y trabajadores.

En el más pobre país centroamericano todos los indicadores básicos muestran declive, endeudamiento, aumento del costo de la canasta básica, combustibles, y energía eléctrica, entre otros.

Siete de cada diez familias en el país viven bajo la línea de pobreza, y la situación parece empeorar, por el pobre desempeño de la inversión publica y el comportamiento a la alza de los mercados internacionales, especialmente alimentos y de los carburantes.

El actual gobierno continuador de la camarilla golpista tampoco en lo internacional no ha tenido éxito, pues su objetivo primordial en este hemisferio es reingresar a la Organización de Estados Americanos (OEA).

La falta de control sobre grupos paramilitares privados, responsables del 90 por ciento de las violaciones a los Derechos Humanos, desencadenan masacres urbanas y rurales.

Porfirio Lobo Sosa realiza un discurso conciliador que, contrasta con la política de persecución y represión contra el pueblo en resistencia, y aun no se hace formal reconocimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular como la oposición autentica en el país.

Precisamente esa pujante fuerza popular este jueves - primer aniversario del opaco gobierno de Lobo- movilizó a miles de manifestantes en algunas de las principales ciudades de Honduras, pidiendo el regreso del expresidente Manuel Zelaya.

En este recuento de 12 meses sobresalen los cientos de muertos, victimas de la represión, los secuestros y otras formas de querer intimidar al pueblo.

Pero ante la imposibilidad de dominar a esas masas populares ansiosas de justicia, Porfirio Lobo y sus seguidores tuvieron que dar luz verde a las propuestas de Manuel Zelaya, que le costaron su salida violenta de la casa presidencial.

No obstante, el pueblo no se deja confundir y sigue reclamando cambios profundos que permitan a Honduras salir de una crónica crisis económica, política y social.

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