lunes, 24 de enero de 2011

TUNEZ EN REVOLUCIÓN



Por Raciel Pérez Martínez
Fotos INTERNET

Túnez es una república árabe situada al norte de África, alejada desde hace mucho tiempo de los cintillos de la prensa internacional, al ser bautizada por las grandes potencias capitalistas como un lugar ideal para inversiones, debido a la tranquilidad política y social reinante. Sin embargo por dentro era otra cosa.

En los últimos días el pueblo tunecino se ha lanzado a las calles y logró derribar al gobierno dictatorial de Zine El-Abidine Ben Ali quien se había afianzado en el poder mediante un golpe desde 1987.

En realidad el pueblo de ese país árabe no ha experimentado una verdadera libertad desde 1956 cuando Francia se vio obligada a abandonar esa colonia.

En ese momento asumió la dirección del país una monarquía que un año después fue derribada por Habib Bourguiba, quien se proclamó presidente hasta ser derribado 30 años después.

Es decir, que en los 54 años de supuesta independencia, el pueblo tunecino ha soportado dos dictaduras consecutivas y ahora se revela.

El levantamiento, que comenzó modestamente en diciembre, como una protesta social exigiendo mejores posibilidades de empleo, se convirtió en un movimiento político.

En Túnez en las últimas horas se ha constituido un gobierno provisional, que incluye algunas figuras del derrocado Ben Ali pero el pueblo no las acepta y sigue en las calles.

El palacio de Gobierno, sede del primer ministro interino Mohamed Al-Ghannouchi, ha quedado virtualmente sitiado por miles de tunecinos que exigen un gobierno totalmente renovado.

Una "Caravana de la Liberación" proveniente de todo el país llegó a la capital tunecina integrada por trabajadores jóvenes, desempleados y otros componentes de la sociedad, para aumentar la presión contra el Palacio de Gobierno, hasta conseguir la depuración del gobierno pese a la represión policial.

Participan en la revuelta popular la Unión General de Trabajadores Tunecinos, activistas social, estudiantes, campesinos, profesionales en paro laboral, y hasta policías y bomberos.

El pueblo tunecino, pese al toque de queda, se mantiene en las calles para salvar lo que ellos mismos han denominado su revolución democrática.

Túnez está ahora en los cintillos de la gran prensa por el accionar de sus hijos, que quieren libertad e independencia de verdad.

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