Por Raciel Pérez Martínez
Foto INTERNET
¿Cuánto tiempo tendrá que esperar la mujer para conquistar todos sus plenos derechos? Esa es una pregunta con una respuesta complicada pues existe mucha resistencia, en una sociedad diseñada desde hace siglos, fundamentalmente por los hombres.
Estamos a solo horas de celebrar el centenario de instaurarse el Día Internacional de la Mujer, que tuvo su inicio el 8 de marzo de 1911, por una propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin.
Mucho se ha batallado por la emancipación de la mujer, con diferentes matices, en todos los países, pero lamentablemente en muchas naciones las poblaciones femeninas sufren discriminación y violencia.
Todavía en regiones completas del planeta ser mujer significa ser vulnerable, y así lo comprueban las espeluznantes cifras de mujeres golpeadas, vejadas y hasta asesinadas.
Aunque la celebración del Día Internacional de la Mujer ha producido avances importantes para ese sector de la población, en decenas de países las mujeres y niñas siguen sufriendo discriminación y violencia en el hogar, la escuela y el trabajo.
De ahí la necesidad de impulsar políticas públicas que contribuyan a la equidad de género, que combatan la violencia y discriminación contra las mujeres y las niñas en los distintos ámbitos de la sociedad.
El Día Internacional de la Mujer se celebra cada 8 de marzo y está avalado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En este día se reconoce la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona.
La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas.
En el mundo la violencia contra la mujer adopta formas diversas, incluidos la violencia en el hogar; las violaciones; la trata de mujeres y niñas; la prostitución forzada y la violencia en situaciones de conflicto armado.
También contempla los asesinatos, las violaciones sistemáticas, la esclavitud sexual y el embarazo forzado; los asesinatos por razones de honor; la violencia por causa de la dote; el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto en favor de bebés masculinos; la mutilación genital femenina y otras prácticas y tradiciones perjudiciales.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, demuestra el reconocimiento y la comprensión internacionales de que la violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra la mujer.
En la Plataforma de Acción adoptada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, se define la violencia contra la mujer como una de las 12 esferas de especial preocupación que deben ser objeto de particular hincapié por parte de los gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil.
La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas en 1998 propuso nuevas medidas e iniciativas que deberían aplicar los Estados Miembros y la comunidad internacional para poner fin a la violencia contra la mujer, incluida la incorporación de una perspectiva de género en todas las políticas y programas pertinentes.
La sociedad humana de manera integral tiene la obligación de trabajar en todas las vertientes económicas políticas y sociales para lograr la verdadera equidad de género, tan necesitada en nuestro mundo.
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