El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por
Estados Unidos a Cuba impacta desde hace más de medio siglo la vida de
las familias en la isla.
Prácticamente todos los aspectos de la cotidianidad reciben los efectos
de un cerco cuyo daño humano fue calificado aquí de invaluable por el
canciller Bruno Rodríguez, a partir de los "sufrimientos, carencias y
dificultades que alcanzan a cada familia, niño, mujer y anciano
cubanos".
Las medidas administrativas y financieras establecidas
por Washington golpean de manera directa el sector alimentario, uno de
los principales objetivos de esa política.
En reciente
entrevista con Prensa Latina, el representante de la Organización de
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Cuba,
Marcio Porto, aseguró que en el planeta hay suficiente comida para
todos.
Al decir del funcionario, la crisis actual no se trata de
alimentos sino de precios, e identificó como principal problema el
acceso, por los altos costos.
En el caso de Cuba, los obstáculos
para el acceso se triplican debido a las sanciones que obligan a la
isla a buscar los alimentos en mercados lejanos, con las consecuencias
derivadas del incremento en seguros y fletes, y el costo adicional de la
inmovilización de recursos en inventarios.
El informe de la isla sobre la Resolución 66/6 de la Asamblea General de la
ONU
intitulada: "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y
financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba"
detalla las afectaciones en el sector alimentario desde marzo del 2011 a
marzo del 2012.
Según el texto, en ese período las pérdidas para Cuba superaron los 131 millones 500 mil dólares.
Pese a la posibilidad de importar productos agrícolas y alimentos desde
Estados Unidos, no existe una relación comercial en esta esfera entre
ambos países, por tanto sigue pautada por regulaciones muy estrictas,
sujetas a un complejo mecanismo de licencias que incide sobre la firma
de los contratos, la transportación y los pagos de las transacciones,
precisa.
También denuncia que el gobierno norteamericano somete a constante
vigilancia
a las agencias financieras, y obligó a empresas como Alimport a
canalizar sus pagos a través de terceros, lo cual le ocasionó a esta una
afectación estimada en 33 millones de dólares.
Cuba considera
que por su cercanía, Estados Unidos sería el mercado natural de destino
de muchos productos de la isla si no existiera el bloqueo.
Por
lógica, la cercanía geográfica favorecería además la adquisición de
medicamentos, accesorios y dispositivos médicos, pero por política no se
autoriza la venta de tecnología de punta al sector cubano de la salud,
con el consiguiente impacto en las familias.
Niños con problemas
cardiacos, recién nacidos y lactantes de bajo peso, infantes con
quemaduras profundas, madres e hijos seropositivos al HIV/SIDA, son
algunas de las víctimas de estas medidas.
Las autoridades
cubanas de salud se han visto obligadas a recurrir a mercados más
lejanos, asumiendo mayores costos económicos y un doloroso impacto
humano que ha sido expuesto en diversos foros y organismos
internacionales.
Desde 1992, una abrumadora mayoría de naciones
respalda a Cuba en la Asamblea General de la ONU, donde en octubre del
año anterior 186 países votaron a favor de eliminar el bloqueo,
respaldado solo por Estados Unidos e Israel.
Los últimos
cálculos de las pérdidas ocasionadas por el conjunto de sanciones
fijaron el monto en un billón 66 mil millones de dólares, considerando
la depreciación de la divisa norteamericana frente al oro.
De
acuerdo con el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno
Rodríguez, el andamiaje en el que se sustenta el cerco de Washington
califica como un acto de genocidio, en virtud de la Convención de
Ginebra de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
Las carencias antes mencionadas extienden sus efectos como tentáculos
sobre otras ramas vinculadas a la familia, como la educación, el
transporte, la cultura y el deporte.
Como consecuencia de la
aplicación de la política de bloqueo, Cuba continúa sin acceso al
mercado norteamericano para la compra de insumos escolares, materias
primas, intercambio de información científica, cultural y deportiva.
Entre las denuncias, el gobierno de la isla advierte además sobre la
imposibilidad para el Fondo de Bienes culturales, empresa cubana
responsabilizada con la importación de materias primas, accesorios,
herramientas y medios de creación artística, de adquirir insumos en
Estados Unidos.
En el sector del transporte, las pérdidas entre
mayo del 2011 y abril de este año ascienden a casi 182 millones 200 mil
dólares, con afectaciones severas en el traslado de personas.
A
criterio del canciller Rodríguez, el bloqueo contra la isla caribeña
sigue siendo el sistema de sanciones unilaterales más injusto,
abarcador, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno en
el mundo, con las familias en el centro de los daños.
Por Marta Sánchez , Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina. |
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