Por Raciel Pérez Martínez
Foto INTERNET
Los palestinos estallaron en júbilo al aprobarse en la Asamblea General de la ONU el status de Palestina como estado observador no miembro.
El acuerdo fue concretado en una votación de 138 sufragios a favor, nueve en contra (Estados Unidos, Israel, Canadá, Panamá, Palau, Islas Marshall, República Checa, Micronesia y Nauru) y 41 abstenciones.
El 29 de noviembre de 1947, tras múltiples disputas diplomáticas, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el Plan de Partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, ni compactos ni homogéneos, divididos en tres respectivas porciones apenas unidas.
El proyecto atribuyó a los árabes el 46% del territorio (11.500 km²) y a los judíos el 54% (14.100 km², de los cuales 11.750 km² correspondían al desierto del Néguev).
Jerusalén y su área circundante, incluida Belén, conformarían un corpus separatum de 700 km² bajo la administración del Consejo de Administración Fiduciaria de las Naciones Unidas.
Además, este plan preveía la retirada del ejército británico del Mandato antes de agosto de 1948 y la fijación de las fronteras entre los dos Estados y en la propia Jerusalén.
Un día antes del nacimiento de los dos estados,según plan, los israelíes festejan ya su nuevo estado, lo que trae el disgusto de los estados árabes vecinos.
Comienza una guerra y el estado hebreo arrebata el 26 por ciento del área destinada a los palestinos, y en otra guerra, en 1967, Israel se adiciona nuevos territorios y somete colonialmente a sus vecinos.
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