El hábito de fumar y el uso excesivo de alcohol causan cambios epigenéticos en el ADN que reflejan un envejecimiento biológico acelerado en distintas formas medibles, según un estudio presentado en la Reunión Anual de 2015 de la Sociedad Americana de Genética Humana (SAG) en Baltimore, Estados Unidos.
Utilizando datos a disposición del público de Gene Expression Omnibus, el Dr. Robert A. Philibert y sus colegas de la Universidad de Iowa y otras instituciones analizaron patrones de metilación del ADN, una modificación molecular del ADN que afecta el momento y la fortaleza de expresión de los genes. Las investigaciones anteriores habían demostrado que los patrones de metilación cambian de manera predecible con la edad, así como en respuesta a exposiciones ambientales tales como el humo del cigarrillo y el alcohol. En estos estudios anteriores, el laboratorio del Dr. Philibert identificó dos lugares específicos en el genoma, los pares de bases cg05575921 en el gen AHRR y cg23193759 en el cromosoma 10, en los que los niveles de metilación se asocian fuertemente con el tabaquismo y consumo de alcohol, respectivamente.
De hecho, los investigadores mostraron que los niveles de metilación del ADN en estos dos lugares presentan una mejor medida del consumo de sustancias que las estimaciones de las propias personas. Ahora, en este estudio, los investigadores utilizaron los niveles de metilación para determinar el consumo de tabaco y de alcohol. Estimaron la edad biológica de cada persona utilizando un “reloj” epigenético previamente validado en base a los niveles de metilación en 71 lugares en el genoma, según lo medido por el Infinium HumanMethylation450 BeadChip. Luego calcularon la diferencia entre la edad biológica y la edad cronológica, y evaluaron la relación entre el consumo de tabaco y de alcohol con el envejecimiento prematuro.
Encontraron que todos los niveles de exposición al humo se asociaron significativamente con el envejecimiento prematuro. Curiosamente, el consumo moderado de alcohol – aproximadamente uno a dos tragos por día – se correlacionó con el envejecimiento saludable, si bien el consumo muy bajo y muy alto se vincularon con el envejecimiento acelerado.
Según los investigadores estas nuevas herramientas permiten evaluar el tabaquismo y el consumo de alcohol de una manera objetiva, y comprender sus efectos cuantitativamente.
Como paso siguiente los investigadores se proponen desentrañar los detalles de cómo cambian los patrones de metilación en respuesta a los cambios de estilo de vida durante el curso de la vida, de modo que sus evaluaciones pueden ser más informativas.(Ciencia al día)
Fuente: The American Society of Human Genetics
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