sábado, 18 de mayo de 2013

ÁNGEL DE LA GUARDIA JUNTO A MARTÍ EL 19 DE MAYO DE 1895


Un patriota casi niño que estuvo al lado de nuestro Héroe Nacional el día de su caída en los campos de Dos Ríos el 19 de mayo de 1895.

Por Pedro Mora

Detalle del monumento a Ángel de la Guardia./ PM


Cuando el 19 de mayo de 1895 nuestro apóstol José Martí caía en Dos Ríos frente a tropas colonialistas españolas, lo acompañaba el joven subteniente mambí Ángel de la Guardia Bello quien combatiera junto a él con heroísmo.

Recoge la historia que en compañía de los hermanos Dominador y Ángel de la Guardia, ambos ayudantes de Masó, el Maestro había realizado un movimiento que lo acercó a una escuadra española oculta por la alta hierba.

El coronel Dominador de la Guardia, uno de estos patriotas, narraba el acontecimiento, en carta firmada en Niquero el 11 de marzo de 1916

“(...) Martí convidó a mi hermano Ángel para seguir adelante, y así lo hicieron, con el humo de los disparos no nos dimos cuenta de su avance y se adelantaron de nosotros como 50 metros, al llegar a esa distancia presentaron un blanco magnífico a las fuerzas españolas y esta le hicieron una descarga cerrada, Martí recibió un balazo en el cuello y cayó al suelo y al caballo de mi hermano Ángel le dieron tres balazos. Ángel trató de cargar a Martí; pero no pudo lograrlo era demasiado niño (...)"

'' Apenas Ángel dio las espaldas al enemigo para venir donde nosotros estábamos, iniciaron los españoles su movimiento de avance. Ángel tardó en llegar a nosotros pues el caballo casi no podía caminar, así es que cuando le daba al general Gómez la noticia de la muerte de Martí y donde había caído, los españoles en ese mismo momento llegaban al lugar donde estaba Martí (...) ”
    
Ángel de la guardia meses antes había cumplido dos décadas de existencia y el día del enfrentamiento armado ya poseía una rica trayectoria contra el opresor ibérico. Nacido en Jiguaní el 16 de febrero de 1875 en el seno de una familia de educadores, muy temprano se unió al Ejército Libertador en el cual alcanzó el grado de coronel con 22 años de edad.

A los cuatro años sabía leer y a los 12 ayudaba a su padre Miguel en las labores como maestro, en una profesión que amó y le sirvió para expandir su pensamiento independentista.

Durante una visita de Antonio Maceo a la ciudad de Manzanillo, en 1890, le había expresado el anhelo de algún día combatir por Cuba bajo sus órdenes. Contaba entonces solamente 15 años de edad.

Graduado de maestro en la Escuela Elemental Completa para Varones, en Manzanillo, el 15 de junio de 1894, no tardó en cambiar el aula por el fusil al unirse a las fuerzas de Bartolomé Masó Márquez el 4 de abril de 1895 en San Miguel del Chino. De allí salió para su bautismo de fuego que le propició su ascenso a alférez y la inclusión en la escolta de su jefe.

Obelisco que señala el sitio donde cayera el Apóstol


Múltiples enfrentamientos dan muestra fehaciente de su arrojo, como en la batalla de Peralejo, dirigida por el Titán de Bronce, el 13 de julio de 1895 donde es ascendido a capitán por el propio Maceo.

La invasión de Oriente a Occidente enriqueció su carrera militar mambisa y en esa epopeya participó en 22 combates importantes. En Mantua, el general Esteban Tamayo lo calificaba ante Maceo como el capitán más valiente de la brigada oriental. Después del combate de Paso Real, fue ascendido a Comandante por el bravo santiaguero.

De regreso a la zona oriental lucha con valentía en la toma de Cauto Embarcadero, también allí escribió singulares páginas de audacia. Posteriormente Calixto García lo incluye en su escolta para evitarle acciones de estoicismo extremo que troncharan prematuramente su vida.

El anhelo del viejo jefe mambí de contar con Ángel en el ataque a Jiguaní, se realiza el 12 de marzo de 1897. Sin embargo, el presentimiento acerca de la caída del jiguanisero también tendría cumplimiento meses después.

Con los grados de teniente coronel se enfrenta con firmeza en la toma de Las Tunas (del 28 al 30 de agosto de ese mismo año) bajo las órdenes de Calixto. Una ciudad fuertemente custodiada: 600 soldados españoles, 200 integrantes del Cuerpo de Voluntarios, 14 fuertes y dos cañones. Pero aquel poderío no detiene la decisión del Ejército Libertador. Ángel de la Guardia pelea con valentía. Muere el día 30 y es ascendido póstumamente a coronel.

La caída del joven ocasiona a Calixto García un profundo dolor y lo manifiesta el 23 de septiembre en carta al hermano del fallecido, el entonces comandante Dominador de la Guardia:
 

"No te escribo para darte el pésame de la muerte heroica de tu hermano, el coronel Ángel de la Guardia pues el pésame debía recibirlo yo y no darlo, ya que he perdido un gran jefe y un hijo querido, pues como tal lo miraba".

"El asalto lo dieron mis tres hijos, Carlos, Ángel y Calixto, y la desgracia me privó de uno de ellos para dar el triunfo a Cuba.”

 Su padre el maestro Miguel Ángel de la Guardia Góngora, hablaría del hecho a Federico Henríquez Carvajal en misiva fechada en Baraona, Santo Domingo, el 12 de diciembre de 1897:


Él cumplió con su deber. Aún me quedan tres en la manigua de Cuba; tengo dos en condiciones de empuñar el rifle y tres más de reserva: de cuatro, diez y ocho años, respectivamente; no hay dilema; hay que hacer Patria cueste lo que cueste, caiga quien caiga."

Cuando la muerte sorprende al heroico coronel de 22 años de edad, había transcurrido más de dos años de aquel trágico 19 de mayo de 1895 cuando comunicaba al general Máximo Gómez la triste noticia de lo ocurrido a Martí en Dos Ríos. La vida de Ángel de la Guardia Bello es ejemplo para la juventud cubana de estos tiempos.



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