El uso de técnicas de reparación cardiológica mínimamente invasivas benefició a más de cinco mil niños en Cuba desde 1988, informaron en el XX Simposio Internacional de Cardiología Intervencionista.
El cierre de una comunicación inter-auricular, fue presentado hoy en vivo por cardiólogos del hospital pediátrico William Soler desde el salón de hemodinámica del capitalino Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas (Cimeq), sede del evento.
Juan Carlos Ramiro, cardiólogo jefe del hospital pediátrico, aseguró que Cuba tiene resultados en esta modalidad comparables con los del primer mundo, pese al elevado costo del procedimiento y las limitaciones económicas de este país.
Cuba cuenta con una red de cardiopediatría infantil en todas las provincias, con pediatras, intensivistas, cardiólogos, neonatólogos y otros profesionales para elegir los casos que requieran de intervencionismo.
En el hospital capitalino William Soler, que atiende a todos los casos del país, también se atienden ciertas cardiopatías por vía percutánea, a través de los vasos arteriales.
Según Ramiro, el cateterismo evita la apertura del tórax, disminuye la estadía en los hospitales, las infecciones y el uso de hemoderivados, y se puede prescindir de una máquina de circulación extracorpórea.
Esta técnica corrige el defecto congénito con la colocación de un dispositivo biocompatible, que suele costar de tres mil a cuatro mil dólares, pero en Cuba la salud es pública y completamente gratuita.
Tal dispositivo permanece dentro del paciente toda la vida, y en la mayoría de los casos se logra una calidad de vida casi normal, como demuestran varios deportistas de alto rendimiento atendidos desde niños con esa novedosa técnica.
El simposio, que culminará mañana, analiza desde el pasado lunes interioridades del intervencionismo coronario y técnicas afines para el tratamiento de la primera causa de muerte en Cuba.(PL)
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