Desde el 16 de abril de 2002, la instalación ofrece prótesis y moldes a pacientes de todo el Oriente cubano, y también a otros provenientes de Camagüey y Villa Clara que acuden al centro en busca de recursos a veces deficitarios en sus regiones, confiados en la alta profesionalidad del especialista Jorge Félix López Ojeda.
“Yo me hice técnico medio en electrónica”, dijo este acerca de su formación. “Después fui a Santiago de Cuba y a La Habana para especializarme en prótesis, y en 1988 empecé a trabajar en el centro, cuando estaba en los altos de la óptica de General García y prestaba menos servicios. Ya llevo 25 años en esto. Me vienen buscando personas hasta de La Habana. Yo no me considero el mejor del país, simplemente amo lo que hago y me da mucha alegría que la gente reconozca mi trabajo, pero creo que lo esencial es la experiencia”.
De acuerdo con el especialista mencionado, la prótesis amplifica el sonido a través de un micrófono y según su tipología es capaz de satisfacer las necesidades de los distintos grados de sordera.
Antes del 2006 existía una lista de espera para la venta de prótesis, lo que implicaba al paciente elevadas dosis de angustia y desesperación. En ese año la realidad de esas personas cambió para bien a partir de la llegada de equipos de alta y mediana potencia con una tecnología de punta.
La entrada de prótesis 143 V, TF70 – V, TFP70 – V, TFP90 – V y TF90 – V inauguró la sucesión de reiteradas provisiones que cesaron en el 2011, aunque de ellas quedan aún 400 dispositivos y se espera la pronta llegada de un nuevo lote procedente, como siempre, de la Empresa de Suministros Médicos de Manzanillo.
La pericia de los técnicos, unida al funcionamiento de un laboratorio evolucionado, ha garantizado a la institución el Diploma de Colectivo Moral, amén de las condiciones de Centro de Referencia Nacional y Vanguardia Nacional en el 2005.
Dichas distinciones resaltan la calidad de los servicios que allí se prestan, entre los que ocupa un sitial la orientación a pacientes y familiares, a través de casetes didácticos, acerca del uso y conservación de la prótesis.
Independientemente de la voluntad del colectivo, la carencia de baterías se presenta como un problema medular, pues a tocado fondo en la vulnerabilidad de los pacientes al punto de ser ya una queja constante.
Soraya Castillo Franco, administradora del Centro, confiesa no tener respuesta para los afectados y ubica en un primer plano la ayuda material con las baterías como una de las mayores aspiraciones de la instalación para el actual año.
Asimismo se propone optimizar los servicios, a pesar de que muestra el orgullo de dirigir a obreros capacitados en tecnología digital de los aparatos auditivos y suficientemente probados en la práctica.
“Cuando usted le pone una prótesis a un viejito, pues en casa todo funciona mejor”, dijo la guía del Centro y no se equivoca.
Quienes como Donatila Tamayo Ortiz adquieren una prótesis por 45 pesos en moneda nacional(menos de dos dólares), reconocen que el acceso a tal equipo constituye una bendición en sus existencias.
“Desde que me atiendo allí, hace cuatro años, mi vida mejoró. Yo no escuchaba bien, el teléfono no lo oía, y ahora cuando usted llamó yo lo escuché perfectamente desde el patio. A mí las prótesis me duran bastante porque las cuido, evito la humedad y estoy siempre atenta a cualquier cosa para conservarlas, porque sin eso no soy nadie”.
Quienes laboran en el Centro Territorial de Prótesis Auditiva de Granma conocen esa verdad, y por ende, se esfuerzan para explicitar lo mejor de su intelecto en el trabajo, para mejorar la calidad de vida de quienes ven disminuida su potencialidad auditiva y para hacer de la existencia ajena un camino más fácil, que es, a fin de cuentas, su objeto social.(Fuente: Clara Maylín Castillo)
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