De concretarse estas negociaciones, eliminarían durante 10 años entre cuatro mil 500 millones, que proponen los senadores demócratas en la Cámara alta, y 40 mil millones, que piden los legisladores republicanos en la Cámara baja.
Solo la versión de la Cámara de Representantes deja fuera del programa a unos cinco millones de personas y alrededor de 280 mil niños, beneficiados con almuerzos escolares gratuitos.
En 2009, cuando estalló la ola de desempleo en ese país, el 15 por ciento de la población se encontraba por debajo del nivel de pobreza oficial. |
Fue entonces que la denominada Ley de Estímulo le agregó un subsidio a los pagos mensuales en cupones de alimentos.
Tal subsidio varió pero en promedio fue de nueve mil millones de
dólares anuales en correspondencia con la cantidad de estadounidenses
que han necesitado los cupones de alimentación, la cual se disparó de 36
millones a la cifra actual de 47 millones.
De los receptores
del plan, el 15,6 por ciento son familias hispanas, según el
Departamento de Agricultura, al precisar que la mayor incidencia será en
los estados con alta población latina como Florida, California, Texas y
Nueva York.
Las estadísticas indican también que el 76 por
ciento de los hogares que reciben estas estampillas tienen un niño,
persona discapacitada o adulto mayor.
Justo con la
implementación de la medida termina el apoyo federal otorgado al SNAP,
que fue promovido como un estímulo en 2009 a raíz de la recesión y el
desempleo en el país.
Además de la obvia disminución para poder
adquirir alimentos, esto podría generar problemas de salud como
malnutrición y bajo desarrollo intelectual o desencadenar enfermedades,
advierten medios de prensa.
La cadena CBS dijo que con el clima
invernal muchas familias tendrán que elegir entre pagar sus cuentas de
energía o comprar comida, e incluso entre ir al médico o comprar los
artículos para sobrevivir.
Legisladores republicanos plantean
aprobar una nueva ley reinstalando límites del beneficio de las
estampillas a adultos de 18 a 50 años sin niños y sin discapacidades.
También suprimiría del programa la "elegibilidad categórica" que ofrece
este beneficio a familias que ganan poco más del nivel de pobreza pero
tienen dificultades económicas, con lo cual 3,8 millones de personas se
quedarían fuera.
La ordenanza impactará en todos los Estados de
la Unión; por ejemplo, California experimentará una caída de 457
millones de dólares en el gasto para 2014, mientras Texas perderá 411
millones.
Ben Budowsky, un exasesor de importantes figuras
políticas estadounidenses, calificó en un artículo de opinión aparecido
en el diario digital The Hill, que este 1 de noviembre (fecha de entrada
en vigor de la medida) vivirá "en la infamia".
Mientras el
promedio industrial Dow Jones se dispara a máximos históricos y las
elites estadounidenses se preparan para celebrar la temporada navideña
próspera, más hambrientos son ignorados en tanto reina el silencio de
los políticos y los medios los ignoran, aseguró el experto.
Los
republicanos atacan "los programas para alimentar a los hambrientos con
hostilidad y ferocidad", indica el articulista, y plantea que la mejor
manera de reducir el costo del programa de cupones de alimentos es que
más estadounidenses salgan de la pobreza. Recientemente el diario The
New York Times señaló en un editorial que la decisión de cortar los
bonos de alimentos en Estados Unidos es un insulto a los pobres y un
acto de suprema indiferencia contra ese sector.
Por otra parte,
el Departamento de Agricultura informó que 17,6 millones de hogares no
tuvieron suficiente para comer en algún momento de 2012, al carecer de
los recursos a fin de poner alimentos en la mesa.
Informes de
organizaciones independientes y del Gobierno advirtieron igualmente que
se mantendrán elevados los niveles de pobreza, porque ha sido una
tendencia al alza en la última década. (PL) |
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