Cuando se le descubrió en 2006 la edad de ese molusco bivalvo islandés se fijó en 405 años. Los científicos, sin poder sospechar su avanzada edad, pusieron fin a la vida de este animal cuando abrieron su concha para investigarlo.
Ming, como fue bautizado el bivalvo en el Libro Guinness de los Récords, nació hacia 1499. Siete años después que Cristóbal Colón hallara América.
"Estamos completamente seguros de que hemos dado con la edad correcta", aseguró el científico marino Paul Butler, de la Bangor University de Gales, Reino Unido, a la revista especializada Science Nordic.
Para estimar su edad se contaron los anillos visibles en la concha, tanto en el exterior como en el interior, de forma similar a como se calcula la edad de un árbol.
Sin embargo, dada la avanzada edad de Ming y la profusión de anillos, estos se habían comprimido.
Los científicos se dieron cuenta ahora de que habían dejado unos cuantos anillos sin contar, equivalentes a unos 100 años.
Según el biólogo marino Rob Witbaard, del Royal Netherlands Institute for Sea Research, la edad se confirmó mediante varios métodos, incluidas técnicas geotérmicas como el método del carbón-14.
Los científicos aseguran que el estudio de Ming permitirá analizar los cambios climáticos que se han producido desde su nacimiento, poco antes del año 1500, hasta nuestros días.
Explican que el bivalvo constituye, en sí mismo, una prueba año a año de la temperatura del océano.
El anterior animal que ostentaba el récord de ser el más viejo era otra almeja árctica islándica, de 220 años capturada en 1982.
La explicación a esta longevidad única parece residir en el lento metabolismo.
De acuerdo con la bióloga marina Doris Abele, del Alfred Wegener Institute alemán, citada por ScienceNordic, el consumo de oxígeno es muy bajo en esos animales.
Cuando una especie tiene un metabolismo tan lento, normalmente significa que su arco vital es muy largo. Aunque parte de la razón reside en sus genes, comentó.
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