El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, dejó el cargo en la noche del lunes tras una reunión con la presidenta Dilma Rousseff en que discutió la polémica llegada a Brasil este fin de semana del senador boliviano Roger Pinto, quien estaba abrigado en embajada brasileña en La Paz.
En un comunicado, la presidencia brasileña anunció que asumirá el cargo el embajador Luiz Alberto Figueiredo, actual representante de Brasil en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo cargo será ocupado a su vez por el propio Patriota. Figueiredo fue jefe de las negociaciones de la Conferencia Río+20 sobre Desarrollo Sustentable, realizada en junio del año pasado en Río de Janeiro.
La nota apunta que Rousseff "aceptó hoy el pedido de demisión del ministro Antonio de Aguiar Patriota", y agradeció su trabajo al frente de la cancillería desde enero de 2011.
"La presidenta agradeció la dedicación y el empeño del ministro Patriota en los más de dos años que permaneció en el cargo y anunció su indicación para la misión de Brasil en la ONU", señala el comunicado.
El anuncio fue realizado después de una reunión entre Rousseff y Patriota en el Palacio de Planalto, que se inició a las 19:00 (2200GMT) y se prolongó por cerca de 50 minutos.
El motivo de la salida de Patriota fue el episodio de la salida del senador Roger Pinto Molina, asilado por más de un año en la embajada en La Paz y no tenía autorización para dejar Bolivia, en una operación que no habría sido comunicado a la presidenta.
El encargado de negocios de la embajada brasileña en La Paz, Eduardo Saboia, asumió este lunes que la salida del senador boliviano Roger Pinto, quien arribó a Brasil el sábado, fue una iniciativa personal para proteger a "un perseguido político".
Al arribar a Brasilia esta madrugada, respondiendo a un llamado de Itamaraty, la cancillería brasileña, para prestar explicaciones sobre lo ocurrido, Saboia dijo que había elegido "proteger a una persona, un perseguido político, como la presidenta Dilma fue perseguida".
El senador boliviano Roger Pinto, quien se encontraba refugiado en la embajada de Brasil en La Paz desde el 28 de mayo de 2012 alegando una persecución por parte del gobierno de Evo Morales, llegó a Brasilia el domingo, tras abandonar el sábado la delegación diplomática brasileña.
Pinto, acusado de diversos delitos de corrupción en Bolivia, donde fue declarado culpable por la Justicia de haber defraudado 1,7 millones de dólares, salió el sábado de su país en un coche oficial brasileño.
El senador boliviano viajó durante 22 horas por territorio boliviano, escoltado por fusileros navales brasileños, hasta la ciudad de Corumbá, en territorio de Brasil, desde donde voló en un avión hasta la capital Brasilia.
Tras conocerse la salida de Pinto de su país, la ministra boliviana de Comunicación, Amanda Dávila, afirmó que, para el gobierno de Morales, Pinto "es un prófugo de la Justicia y, por lo tanto, no está sujeto por nuestra parte a salvoconducto alguno que pudiera darse", y que "evadió los controles policiales, migratorios y huyó del país".
Al mismo tiempo, subrayó que el caso no afectaría las relaciones con Brasil, que se mantienen en una "situación de absoluta cordialidad y respeto".
Este lunes, el gobierno boliviano anunció que estudia pedir la extradición de Pinto Molina, quien ya fuera condenado a un año de prisión por malversación de fondos públicos.
En un comunicado, Itamaraty, la cancillería brasileña, dijo el domingo que fue informada del ingreso de Pinto el sábado 24, un día después de la salida del político de la embajada en La Paz, convocó al ministro Saboia, y abrió una investigación interna.
En Brasilia, Pinto fue recibido por el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño, Ricardo Ferraco, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), quien acogió al senador boliviano en su residencia.(Spanish.China)
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