La condena a un posible ataque militar de Estados Unidos a Siria y un plan de acción para simplificar su funcionamiento interno y reforzar su Secretaría General marcaron la Cumbre de la Unión de Naciones Suramericana (Unasur).
La Declaración de Paramaribo rechazó "las intervenciones extranjeras que sean incompatibles con la Carta de las Naciones Unidas".
El texto hace "un firme llamado a la paz, esperando que el pueblo sirio, en el ejercicio de su soberanía, pueda encontrar una solución pacífica y negociada al conflicto".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, precisó que durante la cita se analizó una propuesta de Caracas para reformar los estatutos de Unasur para evitar su burocratización.
Además, se acordó que el secretario general de Unasur, el venezolano Alí Rodríguez Araque, quien se despidió del cargo que ocupaba desde junio de 2012, permanezca 30 días más mientras se busca por consenso el sustituto.
Maduro explicó que los cancilleres del grupo tendrán dos meses para presentar un plan de acción para simplificar el funcionamiento del foro.
Tras ese tiempo, se organizará una nueva cumbre para discutir "decisiones concretas en cuestiones de desarrollo industrial, económico, financiero, de defensa, salud, energía, educación y alfabetización en la región", detalló.
La declaración final también se solidarizó con Ecuador y Argentina ante las "campañas de desprestigio en su contra como las llevadas adelante recientemente por determinados grupos y empresas transnacionales".
El documento exige que esas compañías "respeten la legislación nacional y observen los principios y patrones para una conducta responsable y consistente con las políticas públicas adoptadas por los Estados receptores de inversiones".
La cumbre sirvió para limar asperezas entre países de la zona y el reingreso de Paraguay, suspendido del organismo en 2012 tras la destitución del entonces presidente Fernando Lugo.
El apoyo de Caracas al mandatario constitucional paraguayo provocó una ruptura de las relaciones diplomáticas con el régimen de facto.
Precisamente Maduro dio por concluido el diferendo bilateral tras entrevistarse con el presidente Horacio Cartes, en un encuentro facilitado por la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff.
Hemos decidido pasar la página, ahora viene abonar el camino para reconstruir los lazos porque hay intereses que benefician a los dos países y tenemos que promoverlos, manifestó Maduro.
También Rousseff y su par boliviano, Evo Morales, sostuvieron un encuentro para discutir sobre la fuga del senador boliviano Roger Pinto desde la embajada brasileña en La Paz.
Pinto, acusado de corrupción por la justicia boliviana, estaba refugiado en esa sede desde hace 15 meses y escapó a Brasil con la complicidad de funcionarios de ese país, lo cual fue criticado por Rousseff.(PL) |
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