sábado, 7 de septiembre de 2013
Potencia Cuba uso racional y eficiente del agua
El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) de Cuba ejecuta diversos programas para hacer un uso adecuado y racional del agua mediante la utilización eficiente de la infraestructura hidráulica y una conciencia de ahorro en la población y las empresas.
Esos proyectos están dirigidos también a enfrentar los problemas de la sequía, así como elevar la calidad del agua y su distribución y reducir las pérdidas del vital recurso.
"Cuidar el agua es un deber de todos", afirmó la presidenta del INRH, Inés María Chapman, al intervenir anoche en el programa radiotelevisivo "Mesa Redonda" que aborda temas nacionales e internacionales de interés general para la población.
Chapman explicó que a partir de un diagnóstico sobre las deficiencias y las dificultades en el sector, se elaboró una Política Nacional del Agua, aprobada en diciembre de 2012, que tiene carácter multisectorial y abarca desde las fuentes de abastecimiento (pozos) hasta que llega a los usuarios.
Esta política da prioridad al uso racional y productivo de los volúmenes disponibles de agua, la explotación eficiente de la infraestructura construida, la gestión asociada a la calidad del líquido y los riesgos vinculados a eventos climáticos extremos.
La también miembro del Consejo de Estado adelantó que se trabaja en una ley que regulará el uso equitativo y el derecho común a ese recurso, el pago de sus usos, así como la necesidad de lograr una cultura de ahorro en los usuarios.
El director nacional de Cuencas Hidrográficas, Jorge Mario García, informó que Cuba posee una capacidad máxima de recursos hidráulicos disponibles de hasta 13.600 millones de metros cúbicos, considerando las aguas superficiales y las subterráneas, y el 57 por ciento de esa cifra es aprovechable.
La nación caribeña dispone, además, de 232 embalses, que unidos a los pozos de aguas subterráneas, los canales y otras fuentes forman parte de la infraestructura hidráulica.
En Cuba, el origen de los recursos hídricos son las precipitaciones anuales, con un comportamiento medio de 1.335 milímetros, considerado relativamente poco, y el 60 por ciento del agua del país se consume en la agricultura.
García enfatizó que "tan importante como la cantidad de agua es su calidad", y aseveró que "la protección de este recurso vital debe realizarse en la cuenca (hidrográfica) y desde ella".
El agua en Cuba --apuntó-- está sometida a impactos negativos porque se emplea para disponer residuales líquidos y residuos sólidos deteriorando su calidad original, se administran mal fuentes subterráneas, lo que favorece la intrusión salina, y por los cambios climáticos y los eventos extremos de lluvia o de sequía.
Orlando Rey Santos, director nacional de Medio Ambiente, consideró que en la mayor de las Antillas se consume agua en exceso.
"El uso ineficiente del agua afecta a todos: a la economía, a la sociedad en general y al medio ambiente. Hay que educar más a la población y controlar mejor que se aproveche adecuadamente", insistió.
Abel Salas, vicepresidente del INRH, se refirió a los principales programas que se acometen en el país para reducir las pérdidas de agua en los sectores residencial y estatal, una de las problemáticas que atenta contra la calidad de los servicios de abasto.
Dijo que en la actualidad se trabaja en la rehabilitación de conductoras y redes hidráulicas, pues hoy se pierde el 58 por ciento del agua bombeada.
Cuba posee más de 22.500 kilómetros de redes, la cobertura de agua abarca el 94,5 por ciento de la población de 11,2 millones de habitantes y los sistemas de acueducto abastecen a más de 8,2 millones de personas.
Otro programa en ejecución es el metraje del consumo hidráulico (solo el 57 por ciento de los centros estatales y una ínfima parte del sector residencial está metrado).
También se trabaja en la reparación o sustitución de estaciones de bombeo, el sistema de saneamiento y en un programa destinado a la producción de herrajes hidrosanitarios, con énfasis en la calidad y el estudio de precios asequibles para su comercialización.
En toda esta política de enfrentamiento al "derroche", según los funcionarios del INRH, resulta de suma importancia crear en entidades y la población una "cultura de ahorro y preservación" del recurso hídrico.(Rogelio del Río,Xinhua)
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