martes, 24 de septiembre de 2013

Rousseff denuncia "quiebre del derecho internacional" con espionaje de EEUU

 

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La presidenta brasileña habló a la Asamblea tras secretario general de la ONU. (Reuters)            
 
La mandataria que centró su intervención ante la Asamblea General de la ONU en el espionaje del que fue víctima ella misma, afirmó que se trata de "una afrenta" y "una falta de respeto" que no puede justificarse en la lucha contra el terrorismo
    
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, condenó hoy en su intervención ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la existencia de una red mundial de espionaje electrónico y manifestó su enojo y repudio a dichas actividades.

"Brasil fue blanco de intrusión y espionaje, y se interceptaron indiscriminadamente datos personales de ciudadanos, empresas e instituciones de alto valor económico y estratégico. Semejante injerencia en los asuntos de otros países es una afrenta a las relaciones internacionales, sobre todo si son países amigos", afirmó, reseñó DPA.

La presidenta de Brasil comenzó su discurso, que fue además el inaugural en la 68 Asamblea General de la ONU, con una firme queja ante esta institución por las denuncias de espionaje estadounidense, basadas en documentos secretos filtrados por el ex agente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden.

"La excusa de la lucha contra el terrorismo por parte de aquellos que han llevado a cabo las actividades de espionaje es insostenible. Brasil sabe cómo defenderse y protegerse, cómo luchar contra el terrorismo internacional. Somos un país democrático rodeado de países democráticos", resaltó.

En clara referencia a las actividades llevadas a cabo por Estados Unidos, Rousseff recalcó que "sin respeto a la soberanía no puede haber relaciones adecuadas entre los países".

Según la presidenta de Brasil, el incidente supone un grave caso de violación de los derechos humanos, las libertades civiles y una falta de respeto por la soberanía de Brasil y el resto de los países espiados.

Rousseff afirmó que ha hecho saber al gobierno de Estados Unidos su protesta y exigió garantías de que actividades similares no van a repetirse, ya que la reiteración de las mismas supondría un riesgo para la alianza estratégica entre ambos países.

Además, la mandataria brasileña exigió una respuesta inmediata de la comunidad internacional para que las tecnologías de la información no se conviertan en un nuevo campo de batalla entre Estados y exhortó a la ONU a que lidera la lucha contra el ciberespionaje.

"Presentaremos propuestas para establecer un marco civil multilateral para la gobernanza en Internet y garantizar la protección de los datos para mejorar la transparencia, participación de la sociedad, gobiernos y empresas. Apostamos por una universalidad de la red con principios éticos", concluyó.

Respecto a la situación de Brasil, la presidenta recalcó que sus esfuerzos en el gobierno han sacado de la pobreza extrema a 22 millones de brasileños, al tiempo que ha protagonizado una de las mayores reducciones de la mortalidad infantil del planeta debido a su fuerte compromiso con la infancia.

Rousseff se refirió a las manifestaciones que tuvieron lugar en Brasil durante los meses de verano y las calificó como "parte inseparable de la construcción de la democracia".

"Nuestro gobierno -afirmó- escuchó a los manifestantes de la calle porque nosotros también venimos de la calle, la calle es nuestro lugar".

La presidenta de Brasil se refirió también al conflicto de Siria, al que calificó como "el mayor desastre humanitario del siglo" y apostó por una resolución pacífica del conflicto basada en el diálogo. Rousseff aplaudió el reciente esfuerzo de Rusia y Estados Unidos para lograr un acuerdo sobre la eliminación de las armas químicas en la zona.

Sin embargo, Rouseff lamentó la falta de reacción de la ONU y su dificultad para tomar una decisión. "La reiterada polarización es una peligrosa inacción", aseguró, al tiempo que exigió que voces independientes y constructivas puedan formar parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y superar así el déficit de representación y legitimidad que, bajo su opinión, tiene este organismo.

En relación con el conflicto israelí-palestino, Rousseff defendió las "legítimas esperanzas" de Palestina de contar con un Estado, al tiempo y reclamó una solución multilateral que produzca resultados prácticos en el corto plazo.(El Universal)


















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