Ana Karénina, superproducción musical del Teatro Estatal Académico Evguévni Vajtángov, de Rusia, resulta un espectáculo de teatro total que prescinde de la palabra y puede captar cualquier público, con un lenguaje universal y renovador.
Rimas Túminas, director artístico de la agrupación, explicó hoy a la prensa, en La Habana, que la pieza habla al alma y los sentimientos.
Calificó de gran triunfo la acogida recibida este jueves en la fecha inaugural del XV Festival Internacional de Teatro de La Habana.
Acerca del realismo poético, concepto adoptado por ese prestigioso colectivo moscovita, dijo que proviene de las experiencias de Vajtángov y Vsévolod Meyerhold, discípulos del gran innovador teatral ruso, Konstantin Stanislavsky, y su teoría acerca del realismo psicológico.
Señaló que ambos trascendieron a su maestro, cuya concepción había llegado al límite, y propusieron el realismo fantástico, que metafóricamente es como despegar de la tierra con una acrobacia circense para apreciar un panorama de toda la complejidad y conflictos de la realidad.
Angélica Jólina, coreógrafa y directora de esta versión de la novela de León Tolstoi, aunque no soltó prenda acerca del proceso creativo, afirmó que, desde sus conocimientos sobre danza y los retos de un texto clásico, surgen las provocaciones que hacen fluir el montaje de una forma casi mágica.
La pieza, que podrá disfrutarse hoy y el próximo domingo en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, resulta una experiencia de un arte de alta jerarquía, en el cual cada elemento de la escenificación funciona perfectamente, con un diseño distinguido por la sobriedad y la máxima expresividad.
David Smellansky, director general de la Agencia Estatal Teatral de Rusia y organizador de esta gira a Cuba, destacó que, al decidir la representación de su patria en el Festival de La Habana, no tuvieron dudas para elegir a Vajtángov, una de las compañías más sobresalientes de la escena rusa.
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