Esto último se constata en esta cita a la que han asistido el 50 por ciento de los 22 jefes de Estado o Gobierno que debían estar presente, un indicativo de que el contenido de esas reuniones puede que no satisfaga los intereses y políticas de una buena parte de los gobiernos iberoamericanos. |
Es sintomático, por ejemplo, que de la región suramericana hayan asistido solamente dos mandatarios, el colombiano Juan Manuel Santos y el paraguayo Horacio Cartes, mientras que no asistió ninguno de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA). |
Tampoco se ha visto con buenos ojos que se haya
introducido en esta cumbre el tema de la Alianza del Pacífico cuando
numerosas voces entre los países de la conferencia se han manifestado en
contra por considerarla un caballo de Troya de Estados Unidos para
resucitar el Área de Libre Comercio de las Américas.
Toda esa
situación ha hecho que España y otras naciones, a través de la
Secretaría General Iberoamericana, se plantearan la necesidad de renovar
el sistema para tratar de impedir su desaparición.
En
consecuencia, los acuerdos que aparecerán en la declaración final no
deparan sorpresa alguna y se sabe que están dirigidos a ese objetivo
renovador, como celebrarla cada dos años y alternarlas con las de la
Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe.
Como dijeron Iglesias y el rey Juan Carlos, seguramente se acordará
concentrar actividades en grandes áreas de acción como espacios
iberoamericanos del conocimiento, la cultura, cohesión social, economía,
y llamamientos a mejorar la organización de las cumbres.(PL) |
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