El Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) agradeció a los
líderes religiosos estadounidenses que el pasado día 21 escribieron al presidente Barack
Obama, exhortándolo a eliminar a Cuba de la lista de países patrocinadores del
terrorismo y normalizar las relaciones con la isla.
Según informa el diario Granma hoy, en una declaración
leída este jueves durante el Culto Unido Celebrativo por la Reforma Protestante, el
presidente del CIC, Joel Ortega Dopico, afirmó que la misiva respondió a una
declaración anterior que los religiosos cubanos habían hecho en el pasado mes de mayo.
Por años, el Consejo de Iglesias de Cuba y sus
contrapartes en Estados Unidos hemos trabajado en conjunto y declarado públicamente
nuestra unidad, orando y actuando por la búsqueda de soluciones reconciliadoras, que
conduzcan a un diálogo de paz, basado en el respeto mutuo, soberano y bajo principios de
igualdad y dignidad. Hoy enfatizamos una vez más esa disposición, subrayó Ortega
Dopico.
Nos unimos a las exhortaciones y reclamos expresados en la
carta dirigida por líderes religiosos estadounidenses al mandatario norteamericano,
referido a: excluir a Cuba de la lista anual de países que la administración de Estados
Unidos considera patrocinadores del terrorismo.
Exhorta, asimismo, a iniciar un diálogo directo y de alto
nivel entre los gobiernos de ambas naciones, para mejorar las relaciones bilaterales a fin
de su completa normalización; eliminar todas las limitaciones de contacto pueblo a
pueblo; promover los intercambios que crean, y fortalecen nexos fructíferos entre los
estadounidenses y los cubanos, para defender la paz, la dignidad y los derechos humanos,
dijo el líder religioso.
Asimismo, el texto leído por Dopico subraya que el CIC ve
como signo de buena voluntad la continuidad de las conversaciones gobierno a gobierno en
cuestiones migratorias, y para el restablecimiento del servicio postal directo entre ambas
naciones.
Confiamos y oramos a Dios, para que todo lo anterior,
conduzca a la decisión final de levantar el bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto a nuestro país desde hace más de 50 años, práctica que va en contra de la
plenitud de vida proclamada por Jesús. Ya es hoy la hora de derribar los muros y
construir los puentes, concluyó.(AIN)
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